El hombre que se insurrecciona es sin
explicación Foucault, Lacan, Guattari
Adrián Paenza, matemático escribió Mohamed Bouazizi, en pocos días se cumplen cinco años de su muerte. Ese día, en Túnez, un vendedor ambulante de uno de los múltiples “mercaditos” empujaba su carrito con frutas y verduras, como tantos otros, como otros miles. La policía se le acercó y, como tantas otras veces, le dijeron que la balanza marcaba mal y que estaba violando las regulaciones. Era mentira,... a la policía eso no le importa. Lo dieron vuelta, lo alzaron por los pies y lo pusieron cabeza abajo para que se le cayeran las monedas que había juntado hasta allí, no cayó ni una: Mohamed no había logrado vender nada. Uno de los policías, mujer, mortificada porque no había dinero del que apropiarse, lo sopapeó e insultó a su padre muerto. Le confiscaron el carro y la balanza.
Mohamed fue hasta el centro de la ciudad para quejarse. El oficial de turno estaba ocupado en una reunión. Furioso, humillado, impotente... tuvo una reacción distinta. Esta vez no quiso aceptar más la indignidad del trato. Consiguió solvente para pintura, se lo tiró todo encima frente a la misma oficina en donde no lo habían querido recibir... y se prendió fuego ¿Qué tuvo de diferente éste para disparar semejante reacción en cadena? Bouazizi tenía 26 años el día que decidió inmolarse. Ese episodio despertó las protestas; la represión no alcanzaba. Diez días después de ¡veintitrés años! En el poder cayó el gobierno de Ben Ali
(Para leer el texto íntegro: www.escucharte.info )
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