viernes, 4 de diciembre de 2015

Del.Benito Juárez Sexo a los 17 And so what! @sladogna

(Twiter por Isa Vega con el siguiente texto: "PUES QUE SE JODAN SI LES MOLESTA MIS FOTOS, MIS TWEETS O MIS COMENTARIOS. ESTA ES PARA VOS. Mira que enojada estoy...")[https://twitter.com/issavegas/status/608459994363740162]

De acuerdo a los trascendidos ofrecidos y divulgados por varios periódicos del país se ha logrado obtener un ejemplar del acta de nacimiento de Isa Vegas, hija de una actriz porno. El periódico REFORMA posee un ejemplar, según ese documento la joven nació el 1 de diciembre de 1997 en Misiones, Argentina. Si hacemos un poco  de matemáticas torpe: sumamos a 1997, la cifra  17 y tenemos que Isa tendría…18 años. Claro si a eso le añadimos el mes de su nacimiento, diremos que cerca de 26 días ella tendría los 18 años, entonces ¡Qué escándalo aún tiene 17 años y ya tiene su blog erótico, hace y deshace con su cuerpo! Otra vez la edad se la emplea para omitir que desde el nacimiento el cachorr@ human@  produce un atractivo sexual – alimentar, bañar, darle chupón, amamantarlo,…son todas y cada una actividades eróticas, sexuales que le permiten vivir y que además le permiten a us madre santa, a su santa madre gozar eróticamente de la crianza, mientras el padre exhibe a su cachorro de forma semejante a como los hombres suelen exhibir lo que consideran su órgano: el pene.

Para continuar se requiere aclarar un horizonte: esta lectura de estos signos eróticos, sexuales de una joven de 17 a punto de cumplir 18 años se hace a partir de lo publicado en la prensa adulta e incluso adultera. En esas noticias no aparece ningún signo de que Isa Vegas –muy cercano a Isa Velas-  haya sido captada por una red de prostitución que la explota contra su voluntad. En principio este caso no se trata de eso, se trata de una cuestión de familia. Así como  sin que a nadie se le ocurriría pensar mal de la hija de Rosario Robles abrazándose con Cuauhtémoc Gutiérrez  al asumir su lugar en la Asamblea del DF, son cosas de la política.

Regresemos a la vida erótica de los 17 años. Lo haremos acompañados de Melissa, si de Melissa Panarello quien escribió Cento colpi di spazzola prima andare a dormire  -traducido al castellano como Los cien golpes – se trata de la narración que ella realiza de su vida sexual y erótica siendo menor de edad, en una región de machos menos: la Sicilia de la mafia italiana.



A los dieciséis años se tienen pocas cosas, entre otras, un cuerpo que provoca perplejidades, un espejo, un diario. Y muchas ganas de experimentar con la nostalgia de lo nunca probado: el amor. Se trata del relato estremecedor de una iniciación erótica en las profundidades de la sexofóbica Sicilia. Melissa, es una entomóloga del cuerpo erótico para describir sus encuentros sexuales, que empiezan con la acostumbrada decepción frente al gatillo mediterráneo y terminan en orgías con desconocidos experiencias lésbicas y relaciones peligrosas.

Al leer la biografía de Melissa llamar la atención que cuando se publicó su primer libro en la portada sólo figuraba la inicial de su apellido  “Melissa P “ , hoy  se sabe que es Panarello. El libro vio la luz en Italia, Melissa era menor de edad, el contenido era demasiado audaz, fuertemente erótico, motivo por el cual se prefirió que el apellido se guardara en secreto. ¡Hay que proteger a la familia! Los cien golpes escrito a modo de diario, con un estilo crudo [¿Qué será un estilo cocido?], directo, real, es capaz de erizarte la piel, quizás no solo eriza esa parte del cuerpo. Se trata de un universo de adolescentes erráticos que desconocen los apuros económicos y cuyas relaciones con sus padres están marcadas por la poca comunicación:

 ¿Sabes qué pienso? Pienso que quizás fue una pésima idea empezar un diario…sé como estoy hecha, me conozco. Dentro de algunos días olvidaré la llave en alguna parte, o tal vez dejaré voluntariamente de escribir, demasiado celosa de mis pensamientos.

                     

Y en medio de tanto silencio, rutina y soledad, ella busca encontrar el amor y cuando conoce a Daniele, cree haberlo hecho, pero de pronto descubre que el amor no es tan fácil como el sexo, que duele y no siempre es correspondido. Aún así, después de esa primera desilusión en su búsqueda, Melissa no se da por vencida en su empeño por encontrar el amor y saciar su pasión, y en el camino se va dejando llevar por toda clase de experiencias, desde orgías hasta relaciones lésbicas.

 (…) me miré en el espejo y ya no vi la imagen de quien se observaba encantada hace algunos años. Vi unos ojos tristes, su expresión lastimera subrayada por la pintura negra que corría por las mejillas. Vi una boca violada varias veces esta noche y que ha perdido su frescura. Me sentí invadida, manchada por corpúsculos extraños.

Melissa a sus 26 años propone "Tenemos que modificar nuestra forma de amar. Las parejas ya no tienen cabida en el mundo”.Tesis que defiende en su novela “Tres”, en la que aborda la relación entre Gunther, un apasionado y vital criador de loros; George, un dulce y melancólico fotógrafo, y Larissa, una joven poetisa, que rompen los límites impuestos por la sociedad y los convencionalismos para construir una historia de amor y sexo compartido entre dos hombres y una mujer: “Es una forma de amar que no significa que haya que vivir promiscuamente. Es una visión más abierta del amor y el sexo”, explicó la joven escritora siciliana, acostumbrada a crear polémica con sus libros.

Ella se muestra sorprendida por el hecho de que no se critique la forma de escribir de las autoras de los recientes éxitos de ventas dentro del conocido como “porno para mamás” y sí se hiciera con su primera obra que, recuerda, realizó con 17 años. La diferencia estriba en que en esas novelas de “porno para mamás” se puede leer sobre sexo “como algo políticamente correcto, algo que no da miedo y dice que puede transformar tu vida, que puedes encontrar al príncipe azul”. Por el contrario, “Los cien golpes” provocó mucho enojo en la sociedad: “yo no contentaba a nadie. Decía que los adolescentes tienen sexo y cómo lo tenían y la gente no quiere escuchar estas cosas”.


Inmersa en finalizar su próxima novela, tras comprobar que la televisión no es su mundo, la joven escritora aseguró que sigue su camino sin dar importancia a lo que piense la gente: “estoy acostumbrada a sobrevivir. No me afecta”.


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