Los lambiscones del PRI en los medios pretenden desvirtuar el reporte de la CIDH sobre el caso Ayotzinapa alegando que el hecho de que fuera identificado el material genético del normalista Jhosivani Guerrero de la Cruz confirma que sí los quemaron en el basurero de Cocula, ya que van dos normalistas identificados.
Pero eso es falso. No hay evidencia de que Jhosivani Guerrero de la Cruz haya sido incinerado en el basurero de Cocula.
Los restos de Jhosivani Guerrero de la Cruz fueron encontrados en una de las bolsas que estaban en un río cercano al basurero, pero hasta la fecha no existe ninguna evidencia de que esas bolsas hayan sido llenadas en el basurero.
Esas bolsas, por cierto, fueron encontradas más de un més después de los hechos y los peritajes de la PGR para el aseguramiento de las bolsas dejaron mucho que desear.
Peor: la única "evidencia" que existe son los dichos de los detenidos, quienes dijeron lo que le convenía a la PGR y, al final, sus versiones nisiquiera se sostienen ya que no existe evidencia de un incendio de la magnitud que se necesita para quemar 43 cuerpos en el basurero de Cocula.
Es más; los padres de los normalistas han estado exigiendo que se investigue si los estudiantes fueron llevados a instalaciones militares y quemados en crematorios o en otra parte. Pero el gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto se ha negado a seguir esa línea de investigación, con lo cual ha generado la percepción de que algo esconden.
Pero como el mero hallazgo de la identidad de un segundo normalista entre los restos en las bolsas del río no se sostienen, entonces el gobierno priista puso a un "experto" de su confianza (Enelio Torres-García, del Instituto Mexicano del Petróleo) a atacar el reporte de la CIDH.
Torres-García alega que sí era posible hacer un incendio lo suficientemente grande para quemar a 43 personas en el basurero de Cocula.
El problema es que Torres-García nunca lo demuestra. Se basa completamente en ataques al reporte de la CIDH. Su principal crítica es que el reporte de la CIDH dice que la noche del 26 al 27 de septiembre la dirección del viento no era de sureste a noroeste, sino dirección noroeste, por lo cual un incendio en el basurero de Cocula no hubiera causado un incendio forestal.
El detalle que Torres-García no dice es que el incendio hubiera sido tan grande que hubiera afectado a la vegetación en las inmediaciones, y eso no ocurrió.
Pero los lambiscones del PRI en los medios creen que con eso ya van a poder revalidar la mentira histórica de Enrique Peña Nieto y Jesús Murillo Karam sobre el caso Ayotzinapa.
Peor aún: Con esa falta de autoridad moral pretende ahora el gobierno priista reclamarle al gobierno egipcio por haber matado a 8 turistas mexicanos. El gobierno egipcio simplemente le reviró a Peña Nieto echándole en cara que en México también hay violencia.
Y es verdad. Las puras balaceras del narco, que el gobierno priista no ha querido detener, causaron más muertes de mexicanos que las que ocurrieron en Egipto.
En el caso de Ayotzinapa, de pilón, fueron 43 los muertos en un crimen de Estado.
Eso es lo que pasa cuando el PRI y el PAN están en el poder.
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