Un libro: The Passing of the Great Race –La Caída de la Gran Raza (1916)- su autor, Madison Grant, nació en 1865 en Nueva York, en una de esas familias que se decían patricias
porque habían desembarcado en el siglo XVII, cuando había que ser muy pobre
para migrar a ese islote salvaje. Grant se educó en Yale y Columbia, se recibió
de abogado, no ejerció porque no necesitaba y se dedicó, sobre todo, a la caza
mayor. De ahí su interés por las ciencias naturales. En 1916 publicó su ópera magna: se llamaba The
Passing of the Great Race –La Caída de la Gran Raza– fue un éxito. Recordemos que en México funcionó hasta 1949 una sociedad eugenésica constituida por muchos personjaes progresistas como Jesús Silva Herzog, quien además condujo la nacionalización del petróleo bajo el gobierno del general Lázaro Cárdenas.
La Gran Raza era blanca, GRant estaba afligido por su "decadencia". Para explicar esa caída ofrecía una clasificación: los “caucasoides” ,muy
superiores a los “negroides” y “mongoloides” en tres clases. "Nórdicos” los mejores, luego los “alpinos” , al final, una lacra viciosa, perezosa, boba, los “mediterráneos”: griegos, italianos, españoles. Su tesis central: la inmigración indiscriminada de esos inferiores destruía América. Los brutos tienen la mala costumbre de repoducirse y mucho así su potencial genético arruinaba la fuerza del componente nórdico en los EEUU. Era una vergüenza que
sus compatriotas “quisieran vivir unas pocas generaciones de vida fácil y
lujosa” importando esa mano de obra barata que arrasaría su raza"
América se derrumbaba, Grant ofrecía "sus soluciones": para los casos más extremos de la degradación
proponía “un rígido sistema de selección a través de la eliminación de los
débiles o incapacitados –los fracasados sociales– que en cien años nos
permitirá deshacernos de los indeseables que colman nuestras cárceles,
hospitales y manicomios”. Ni siquiera era necesario matarlos, decía: alcanzaba
con esterilizarlos.Es una solución práctica, piadosa e inevitable que puede
ser aplicada a un círculo creciente de desechos sociales, empezando por el
criminal, el enfermo y el loco para extenderla gradualmente a los tipos que
podríamos llamar ya no defectuosos, sino débiles, y por fin a los tipos
raciales inútiles.
La eugenesia era una corriente
poderosa, La Caída... fue su estandarte, sus propuestas funcionó: pocos años después
la Suprema Corte americana declaró constitucional la esterilización de los
débiles mentales. En la década siguiente unas 60.000 mujeres fueron
esterilizadas.
La Inmigration Act promulgada en 1924 estableció cuotas que limitaban al máximo la
llegada de italianos, polacos, chinos, japoneses, judíos varios y cerró la
primera gran ola migratoria americana. Otra vez recordemos que en México en esa época los palestinos, los judíos y los gitanos eran considerados como un "peligro para la raza mexicana" y por eso cada una de esa razas tenía limitadas sus condiciones para ingresar al país.
La Caída de la Gran Raza se
reimprime cada tanto, aunque sus editores no se atreven a poner en tapa la
opinión de Adolf Hitler: Este libro es mi biblia. Dichas así, estas proposiciones suenan intolerables. En esa época se las consideraba científicas y produjeron efectos importantes: su recuerdo sirve para
preguntarse qué ideas que tomamos en serio parecerán ridículas o intolerables
en unas pocas décadas.
Madison Grant murió en 1937. Su
libro se estudiaba, sus ideas influían, sus discípulos medraban, él obsesionado por conservar, había dedicado sus últimas décadas al
ecologismo, y descolló: se le debe, dicen, la supervivencia del bisonte y otras
grandes bestias que el hombre amenazaba.
(datos tomados de http://elpais.com/elpais/2015/09/18)
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