Otro de los elementos que fueron ocultados por la PGR en la "verdad histórica" de Jesús Murillo Karam sobre el caso Ayotzinapa, aparte de la ropa de los estudiantes que no fue quemada, fue el hecho de que la Policía Federal priista de Enrique Peña Nieto interceptó y desvió uno de los cinco camiones en los que se transportaban los normalistas el 26 de septiembre de 2014.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos reveló que testimonios de normalistas que viajaban en el autobús desviado por la PF, y del propio chofer del camión, indican que la policía de Peña Nieto, al mando de Monte Alejandro Rubido y Miguel Ángel Osorio Chong, detuvieron el autobús Estrella Roja 3278, encañonaron a los estudiantes para obligarlos a bajar, y le ordenaron al chofer que se comunicara con su "patrón" de Estrella Roja para que le diera instrucciones de desviar el vehículo.
Sin embargo, la PF no detuvo a los estudiantes. Sólo se encargó de desviar el autobús.
Lo cual es sospechoso si consideramos que luego la PGR ocultó el desvío del quinto autobús a pesar de que la fiscalía de Guerrero sí reportó el desvío.
Peor: la declaración inicial del chofer del autobús fue cambiada. Su primer declaración, de puño y letra, fue que salió de la terminal de Iguala; que lo interceptaron dos patrullas de la Policía Federal en la zona del Palacio de Justicia, cerca de la salida a Chilpancingo; que la PF obligó a los estudiantes a bajarse; que los federales escoltaron al autobús hasta la caseta de Iguala y que ahí le pidieron que se comunicara con Estrella Roja para que le dieran instrucciones. Y que finalmente Estrella Roja le dijo que se fuera a Jojutla y de ahí a Cuautla.
Pero el chofer luego cambió su versión, alegando que los normalistas se bajaron del autobús apenas saliendo de la terminal porque pensaron que el camión no estaba en buenas condicions.
Además, los agentes federales no mencionaron el incidente en las declaraciones que rindieron ante la PGR. Tampoco lo hizo el Comisionado de la Policía Federal. Y en el informe final de la PGR simplemente se omite el hecho por completo, alegando que los estudiantes destruyeron el quinto autobús.
Esto a pesar de que el desvío del camión fue corroborado por los estudiantes de Ayotzinapa que fueron bajados por la PF, por el chofer, y por la propia fiscalía de Guerrero.
La desaparición del autobús del reporte de la PGR -la llamada "verdad histórica" de Murillo Karam- llevó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a sugerir como línea de investigación para la PGR que el autobús transportaba droga sin que los estudiantes lo supieran, y que por eso la Policía Federal, el ejército, y la policía municipal buscaron a toda costa impedir que los estudiantes se llevaran los camiones a la Ciudad de México, a donde se dirigían para sumarse a las manifestaciones por el 2 de Octubre.
De otro modo no se explica que la PF estuviera tan interesada en el camión, no en los normalistas, y que la policía de Iguala y de Cocula se comportara con tanta saña contra los jóvenes.
Lo que la CIDH estaría sugiriendo con eso es que existe un posible nexo de la Policía Federal priista de Enrique Peña Nieto con el narco, y que la PGR fue cómplice de los hechos al encubrir las evidencias que implicarían a la policía de Peña Nieto con el crimen organizado.
Eso explicaría, además, el por qué de la insistencia del PRI en tratar de culpar al PRD por el caso Iguala, cuando en realidad, de acuerdo con lo que sugiere la CIDH, habría una complicidad entre José Luis Abarca, la Policía Federal de Peña Nieto, y el ejército de Peña Nieto.
Explicaría también por qué de repente fue removido del cargo Monte Alejandro Rubido, ex comisionado de seguridad pública y jefe jerárquico de la Policía Federal, así como Jesús Murillo Karam. Si Peña Nieto sabía lo que diría el reporte de la CIDH, entonces quitar a Rubido y a Murillo Karam le permitiría evitar que ambos funcionarios tuvieran que dar la cara ante el Congreso y ante la opinión pública.
Al final, esto lo que pone en evidencia es la podredumbre de corrupción que permite Peña Nieto en México, al grado de tener que ocultar evidencias en las que su policía federal de plano ya está bajo sospecha de la CIDH de protegido un cargamento de droga.
Por eso es que el PRI no debe seguir en el poder.
PD: ¿Hasta cuándo va a dejar Arely Gómez de encubrir a Murillo Karam, a Monte Alejandro Rubido, a Osorio Chong y a Peña Nieto por el caso Ayotzinapa? Pues hasta que salga del cargo. Mientras el PRI y el PAN estén en el poder, todos esos funcionarios seguirán impunes.
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