Un comando armado ejecutó a 6 personas en un bar de Orizaba, Veracruz, incluyendo a al reportero Juan Heriberto Santos Cabrera, quien era corresponsal de Televisa-Veracruz hasta hace dos meses y ahora laboraba en el sitio de internet Orizaba en Red.
De acuerdo con Reforma, el comando armado también acribilló con armas de alto poder a un supuesto jefe de plaza de Los Zetas, de nombre José Márquez Balderas "El Chichi".
Otros dos reporteros estaban presentes en el lugar, pero no fueron atacados, ya que el comando armado integrado por cinco sicarios se dirigió específicamente a las 6 personas que mataron.
Ambos reporteros trabajan para el diario El Buen Tono.
Los hechos habrían ocurrido a las 0:30 horas en el bar La Taberna.
Reforma señala que en agosto de 2014, Santos denunció que fue agredido por la Policía Estatal de Veracruz cuando cubría una marcha de ciudadanos que protestaban por la desaparición de familiares.
La ejecucuón ocurre a prácticamente dos semanas del multihomicidio en Narvarte, en la Ciudad de México, en el cual una de las víctimas era un fotoperiodista veracruzano y una activista también de Veracruz, ambos exiliados en la Ciudad de México.
Tanto el PRI como Javier Duarte han insistido en que el caso Narvarte es competencia de la Ciudad de México y que en Veracruz se protege a la libertad de expresión, pero los hechos en Orizaba muestran que la responsabilidad está en manos de Duarte y que no hay en realidad protección para periodistas en esa entidad.
La pregunta ahora es; ¿Se deslindará Javier Duarte de esta ejecución? ¿Dirá que el reportero ejecutado estaba en malos pasos?
Sería lamentable si Duarte se escudara en el argumento de andar en malos pasos, ya que al no existir en México la pena de muerte, el Estado tiene la responsabilidad de perseguir el delito de homicidio sea contra quien sea.
Al final, lo que queda claro es que Javier Duarte mintió cuando pretendió alegar que en Veracruz se protege la libertad de expresión, ya que con este suman 16 casos de periodistas asesinados en la entidad.
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