Le preguntaron a Marcelo Ebrard, a Cuauhtémoc Cárdenas y a Alejandro Encinas si regresarían al PRD si quitaran a los chuchos de la dirigencia, en el supuesto de que el siguiente dirigente del PRD sea Armando Ríos Piter.
Encinas dijo que no. Que porque está tratando de construir un frente político y social. No queda claro a qué se refiere con eso pero en fin.
Cuauhémoc Cárdenas dijo que no regresará a la vida del partido pero que sí conversará con Ríos Piter.
En otras palabras, Cárdenas sí piensa tener influencia en el partido, pero desde afuera.
Técnicamente Cárdenas ya lo hizo. En las campañas electorales de este año, por ejemplo, se sacó la foto con Beatriz Mojica, claramente en apoyo al PRD en Guerrero.
Pero quien no dijo abiertamente que no fue Marcelo Ebrard. Su postura fue que observará el proceso de sucesión del PRD para evaluar si regresa o no.
Eso deja abiertas dos opciones:
A) Los chuchos logran maniobrar para seguir controlando al PRD, ya sea poniendo a la fuerza a Beatriz Mojica, o permitiendo que Ríos Piter sea el dirigente del partido, pero con suficiente poder para los chuchos para que no pierdan el control interno.
B) Queda Ríos Piter y los chuchos de verdad se hacen a un lado pero con un acuerdo de no meterse con ellos.
Si es la opción A, sería entonces una simulación y nada más. Todo sigue como antes y no hay condiciones para que Ebrard regrese al PRD.
Pero si es la opción B, entonces Ebrard sí podría regresar al PRD. O por lo menos eso es lo que sugieren sus declaraciones al respecto.
El detalle es que el objetivo político de Marcelo Ebrard es ser candidato presidencial. Por lo cual, para que Ebrard pudiera regresar al PRD, uno supondría que primero se le tendría que garantizar en el PRD la candidatura presidencial de 2018.
Así que si Armando Ríos Piter logra que Marcelo Ebrard regrese al PRD, entonces Reforma va a tener que poner a Ebrard en sus encuestas presidenciales. Y al Bronco también, porque ya dijo que no se descarta para 2018.
De esa forma, con voto dividido del PRIAN por el Bronco, y con voto útil del PAN para Ebrard, los resultados podrían ser muy distintos de lo que Reforma publicó hace unas semanas, y Andrés Manuel López Obrador podría no ser el puntero, sino Ebrard.
Eso es precisamente lo que le da miedo a Peña Nieto.
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