De acuerdo con Reforma, las corrientes del partido pactaron adelantar, de ser necesario, la renovación de la dirigencia nacional, la cual ocupa Navarrete desde octubre de 2014.
Además, también se acordó cambiar la dirección política de los tres niveles de gobierno. Es decir, cambiar a las dirigencias estatales y municipales.
De acuerdo con Reforma, el acuerdo especifica que "debe contemplarse, de ser necesario, el cambio de la dirección política del partido en los tres niveles o anticipar la renovación previo al 2018".
Navarrete debería entregar la dirigencia a un nuevo presidente nacional del PRD en noviembre de 2017.
Sin embargo, el acuerdo entre todas las corrientes del partido sugiere que este cambio se podría adelantar, con lo cual, como ocurrió con Jesús Ortega, nuevamente un integrante de Nueva Izquierda no terminaría su periodo como dirigente del PRD.
Navarrete y Nueva Izquierda se encuentran bajo la lupa en el PRD a causa de los resultados electorales de junio pasado, en los cuales si bien tuvieron más votos que en 2009, sólo pudieron conservar 6 delegaciones en la Ciudad de México y tuvieron 2 diputados menos que MORENA en la ALDF.
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