miércoles, 5 de agosto de 2015

¡Hasta la madre!¿Hasta la madre? Si...@

La reciente ejecución de Rubén Espinosa, Nadia, Alejandra, Yesenia y Nicole, ejecución a cargo del Estado en el curso de la barbarie civilizada, hizo pertinente escribir un fragmento de un caso clínico ¿Cómo abordar el genocidio que se despliega en México desde el espacio  subjetivo, desde nuestro "interior"? Si intervienen hechos económicos, políticos, culturales, geopolíticos, además está el espacio micropolítico ¿Cuál? La madre, nuestra madre, es un componente micropolítico. Sigamos a Sara Sefchovich (socióloga,historiadora,escritora, catedrática de la UNAM, investigadora) en su ensayo "Atrévete.Propuesta hereje para disminuir la violencia en México"(Aguilar, DF, 2014)


¿Cuál es el origen de tanta violencia? ¿Dónde comienza todo? —pregunta Sara—. La respuesta trivial le resulta inaceptable: la pobreza como principal generadora de delincuencia. Millones de personas viven en la pobreza absoluta y no por ello son delincuentes. Hasta un psiquiatra se lo achaca al exceso de consumo de carbohidratos (psiquiatra británico Adrián Raine) ¿Bastaría dejar de comer tortillas? Julio Scherer García  afirmó en Niños en el crimen, los niños que delinquen proceden de familias disfuncionales. Solo que no se ha detectado ni en México -ni en el mundo- alguna familia que sea funcional, que funcione de forma "normal" para sus miembros. 

¿Qué se hace para combatirla? Hasta la fecha —argumenta Sara—, ni la salida del ejército a la calle, ni la profesionalización de la policía, ni los “exámenes de confianza”, ni la captura de capos han servido para frenarla. Tanto el gobierno de Felipe Calderón como el de Peña Nieto informaron —coludidos con las televisoras— del supuesto éxito de la guerra contra el narcotráfico pero a diario contamos y volvemos a contar el número de muertos por secuestro y asesinato.

Sara Sefchovich expone ideas, habla en primera persona en su libro. Sara, académica, cita meticulosamente sus fuentes, ofrece una infinidad de porcentajes y datos no sólo para legitimar lo que asienta sino para contrastar la realidad de nuestro pasado con un presente cada vez más envilecido (Cfr.: Elena Poniatowska en http://www.nexos.com.mx/?p=24248).

Sefchovich pone el dedo sobre un tema que nos concierne, uno por uno, se trata de lugar de la madre ¿Quienes transmiten los criterios de honestidad, de solidaridad, de atención al otro que podría traducirse en cuidar la salud y el bienestar? Es en ese espacio generado por las madres, en las relaciones más cercanas, donde crecen los afectos. En ese espacio micropolítico quizás se puede hacer frente a “¿Por qué no he de llevarme yo mi tajada si el jefe roba todos los días?”. Los hijos de muchos machos mexicanos le prodigan amor a la madre y no al padre —por lo general— ausente. 

Ese capricho de la corrupción¿de dónde proviene? Proviene de LA MUJER, LA MADRE, poner atención escribo "LA", no escribí "una". LA MUJER, LA MADRE es presentada por la efigie que estaba a la entrada de Tebas


 o LA que muestra Coyolxauhqui

Sara Sefchovich realiza una herejía como lo hizo una parte de la ciencia moderna que surgió de otra herejía efectuada por Galileo y Copérnico. Sara realiza una apuesta, semejante a la del último Jacques Lacan que título a uno se su seminario [Eresi]( herejía al leerse de de corrido tres letras rsi) Los lacanianos tienen sufren terror ante esa herejía [eresi,rsi]¿Cuál es la propuesta “hereje” [eresirsi] de Sara?

Sefchovich indica que es imposible seguir esperando que Papá-Estado resuelva el problema de la violencia, pues es Papá la genera y administra. Quedarse con los brazos cruzados y creer en el gobierno, el ejército o la policía, es una ilusión, una pesadilla. Según Sara, los ciudadanos “tenemos que entrarle”, hacernos cargo como familia, núcleo que concentra la integridad, la educación, la salud. Acabar con la corrupción y con la impunidad se dice fácil, pero crear nuevos jueces y otro tipo de policías, otros maestros y otros líderes está lejos de ser una realidad inmediata. ¿O algún ministro de la Suprema Corte como Olga Sánchez Cordero o Arturo Zaldívar Lelo de Larrea ha renunciado a la mitad de su sueldo, bonos y prestaciones al darse cuenta que recibe demasiado y que son muchos los mexicanos con hambre? “En México nada funciona ni funcionará porque estamos bajo el control de una élite profundamente corrupta, depredadora y venal”. En Atrévete  se concentra una propuesta en la madre, pilar de la familia. Se estudia su poder sobre sus hijos ¿Será posible darlo vuelta como un guante y generar otra cosa?  ¿Cómo revertir el capricho materno? El delincuente menor que le ofrece a su mamacita la bolsa que roba en la esquina hasta el que le regala un viaje a Jerusalén para hacer honores al hijo de Dios -lo hizo con su madre el Señor de los Cielos - o darle de regalo una  casa en Las Lomas en la calle de Sierra Gorda o la iglesia que el señor obispo bendice así como bautiza a los retoños de los narcotraficantes, la madrecita obtiene todo de su hijito, ni cuenta se da de sus felonías porque hace la vista gorda. En El apando de José Revueltas, es la madre de El Carajo la que lleva la droga a Lecumberri ¿Podría darse mayor ejemplo de complicidad? Ahí la "madre" ¿es cómplice o es la jefa "intelectual" del cartel?

Sara observa un hecho cotidiano que hemos vivido en la carcel: la madre de un militante o de un ladrón o de un asesino jamás lo dejará caer. Subrayo un hecho: Al delincuente no le importa lo que  dice usted o yo o el ejército o la policía o el señor cura o los líderes políticos o los partidos. Solo le importa el rechazo de una: madre, la suya.

Sara cita a Gabriela Mistral: “Oigo gritar mujeres, las madres y las otras”, y se consuela: “Ojalá así lo hiciéramos”. Doña Rosario Ibarra de Piedra y su lucha de años con “las doñas”, acunaron: “Vivos los llevaron y vivos los queremos”. A Javier Sicilia busca justicia para su hijo asesinado en Cuernavaca, Morelos.  Algunas madres le decían: “Mi hijo no fue. A él lo torturaron, usted ayúdenos porque nuestros hijos son buenos, son chivos expiatorios”.


“Un acto como el de Ayotzinapa demuestra que no tenemos la menor idea de quién nos gobierna, ni de qué pasa ni de por qué algunos deciden quemar el Palacio Municipal de Chilpancingo y no el centro comercial del que es dueño Abarca” —afirma Sara.

Las madres de Ciudad Juárez, Chihuahua, no cesan de clamar justicia para sus hijas muertas y hoy en día ¿quiénes son los mayores luchadores contra el secuestro criminal, hecho de lesa humanidad, cometido en Guerrero sino los padres de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa? La teoría de la doctora Sefchovich se fundamenta en “el poder de las minorías”, esa abultada franja de la sociedad que parece no poder hacer nada pero que en un momento de hartazgo saca lo mejor de sí y sorprende a quienes se han mantenido inermes.

Llegado hasta aquí dejo a los lector@s la lectura de un fragmento - dos cuartillas- de una historia "clínica" efectuada y vivida por dos madres mexicanas, madres en su toda su acepción: Audacias de la madre...
http://www.escucharte.info/2015/08/caso-clinico-capricho-materno-maquina.html


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