El pasado jueves 13 de agosto, el coordinador del PRI en el Senado, Emilio Gamboa, salió con la fantochada de que su partido no permitirá a los empresarios que aumenten los precios de bienes y servicios en respuesta a la devaluación del peso ante el dólar.
De acuerdo con Reforma, Gamboa les exigió además dialogar con el gobierno federal antes de incrementar el precio de los productos.
Esto en respuesta a la adverencia de la Coparmex y de otras cámaras empresariales de que tendrán que aumentar los precios debido a la devaluación.
Lo cual, como dije al principio, es una fantochada, ya que los precios ya subieron debido a la devaluación.
Materiales de construcción como el policarbonato, por ejemplo, ya subió de precio por la devaluación, puesto que se cotizan en dólares.
Lo mismo con equipos de computación, necesarios para oficinas, debido a que se cotizan en dólares.
Y lo mismo con cualquier otro producto que se cotice en dólares.
¿De qué está hablando entonces Gamboa? Un montón de empresas mexicanas dependen de productos cotizados en dólares.
Hasta los teléfonos celulares van a tener que subir de precio por cotizarse en dólares. ¿Qué chingados le pasa a Gamboa?
Y si los productos suben de precio será por culpa del PRI, ya que es el gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto el que no ha hecho nada para impedir la devaluación del peso, más allá de hacer subastas de dólares que no sirven de nada porque a los dos días ya se disparó otra vez el precio del dólar.
En realidad lo que está haciendo Gamboa es tratar de hacerle creer a la gente que el PRI los va a defender del caos económico que fue provocado por la ineptitud del gobierno priista de Enrique Peña Nieto.
Pero a la hora de que los precios aumenten, a nadie le va a importar que Gamboa diga que los empresarios tienen que explicar por qué subieron. Para los mexicanos el responsable será el PRI.
Más responsable lo harán cuando la FED en Estados Unidos suba sus tasas de interés y eso devalúe el peso aún más.
Peor: esto está ocurriendo cuando aún no hemos llegado ni a la mitad del sexenio. Para 2018, por lo tanto, la gente estará tan harta del PRI que con toda seguridad perderá las elecciones presidenciales.
Quien ganará será la izquierda.
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