Como al parecer fue muy obvia la farsa de Enrique Peña Nieto de imponer por dedazo a Manlio Fabio Beltrones en la dirigencia del PRD, el sábado pasado Beltrones de plano se descaró y anunció el regreso del PRI a la época de los dinosaurios de Carlos Salinas de Gortari.
Lo hizo de manera implícita al declarar que se acabaron los tiempos de la "sana distancia" que inició Ernesto Zedillo en la segunda mitad de los 90s.
De acuerdo con Reforma, Beltrones declaró:
"Aquellos tiempos en los que se hablaba de la 'sana distancia' están muy atrás. Esa 'sana distancia' nos hizo perder la Presidencia de la República, entonces no fue tan sana."
La "sana distancia" significaba que el PRI tendría independencia -o por lo menos en apariencia- de la presidencia de la República, ya que en los viejos tiempos del PRI el presidente en turno era el que decidía todo en el partido, en el Congreso, en la Suprema Corte, y hasta en los Estados.
Zedillo decidió alejarse de las decisiones del PRI e inclusive dijo que se cortaría el dedo índice, con lo cual sugería que no impondría al candidato del PRI a la presidencia.
Y en efecto; el PRI perdió las elecciones en 2000. Pero no porque Zedillo se alejara del partido, sino por:
1. La crisis del 94.
2. La devaluación que le siguió.
3. El FOBAPROA.
4. La masacre de Aguas Blancas.
5. La masacre de Acteal.
6. Y los asesinatos políticos del fin del sexenio de Salinas.
Siendo objetivos, nisiquiera hubo la susodicha sana distancia con Zedillo, puesto que el candidato del PRI terminó siendo su secretario de gobernación, Francisco Labastida Ochoa.
Llega 2006 y el PRI es controlado por una sola persona; Roberto Madrazo, quien le juega sucio a Arturo Montiel, a Enrique Jackson y a Elba Esther Gordillo para hacerlos a un lado y apoderarse de la candidatura presidencial. De ahí el nacimiento del "TUCOM" (Todos Unidos COntra Madrazo) dentro del PRI.
El PRI quedó en tercer lugar en esa elección, en la cual, como antaño, lo que se hacía en el partido era la decisión de una sola persona.
En 2012 el PRI se empieza a alinear con Enrique Peña Nieto, quien a pesar de ser un pobre imbécil (no sabía en una conferencia de prensa en 2011 que aún no era candidato, por ejemplo), tiene a la dirigencia del PRI a su capricho.
Esa fue la razón por la cual el grupo de Peña Nieto es quien quitó y puso a TRES dirigentes nacionales del PRI en alrededor de un año: Humberto Moreira, Pedro Joaquín Coldwell, y César Camacho. Todos impuestos a contentillo de Peña.
Y esa fue la razón por la cual Beltrones resultó marginado en la interna del PRI para la candidatura presidencial. Como los dados estaban cargados a favor de Peña Nieto, Beltrones mejor declinó.
Ahora, Beltrones dice con todo desparpajo que "Habrá consultas cotidianas con el Presidente porque somos el partido en el Gobierno y el Gobierno es Enrique Peña Nieto", a pesar de que en realidad César Camacho era un pelele de Peña Nieto y hacía todo lo que Peña ordenaba.
Tal vez lo que busca Beltrones con esa declaración es curarse en salud ante el hecho de que él sólo será una figura decorativa en el partido y quien realmente manda es Peña Nieto por medio de Carolina Monroy, quien es pariente de Peña Nieto y será secretaria general del PRI.
Si Beltrones dice que se acabó la "sana distancia", como si fuera algo bueno el regresar a los tiempos de Salinas, cuando inició la debacle del PRI, en realidad lo que está diciendo es que de todos modos va a ser pelele de Peña Nieto, así que mejor le intenta hacer marketing político para que el regresar al PRI aún más a los tiempos de los dinosaurios parezca algo bueno.
Lo que Beltrones al parecer no entiende, es que precisamente a esa forma dinosáurica de manejar al país es a la que el electorado Mexicano castigó en junio pasado al hacer que el PRI perdiera un millón de votos respecto a 2009.
La verdad, qué bueno que Beltrones no entienda que se está haciendo el candado solito al presumir que va a regresar al PRI a los tiempos de los peores dinosaurios de ese partido. Eso lo único que hará será ayudar a que los electores se den cuenta de que si ya estamos mal con el PRI, ahora estaremos peor.
Y eso lo que garantiza es votos para la izquierda.
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