Publicó ayer Reforma que parte de las negociaciones entre las corrientes del PRD para quitar a Carlos Navarrete de la dirigencia Nacional incluye un "relevo generacional" para que "en la renovación del partido se acompañe con una generación de perredistas jóvenes que hayan destacado en cargos de dirección o actividades legislativas."
Reforma menciona como posibles candidatos a Fernando Belaunzarán y Beatriz Mojica, de Nueva Izquierda, y a Zoé Robledo y a Armando Ríos Piter, ambos senadores, así como a Vladimir Aguilar, o a Víctor Romo.
Si esa es la caballada, entonces la mejor opción es Ríos Piter. Y por mucho.
Para empezar Nueva Izquierda aceptó que ya no puede estar en la dirigencia del partido, así que siquiera sugerir que alguien de Nueva Izquierda podría hacer el relevo generacional es un error.
En segundo lugar, si Carlos Navarrete fue un fiasco por ser pelele de Jesús Ortega, Fernando Belaunzarán es mucho más pelele.
La postura de Belaunzarán desde hace años ha sido ser lambiscón con sus jefitos de Nueva Izquierda para poder tener hueso. Primero en el PRD, luego de pluri, y ahora de suplente de algún pluri.
La lambisconería de Belaunzarán ha incluido defender de plano reformas de Enrique Peña Nieto y confrontarse con Andrés Manuel López Obrador. Con pésimos resultados, desde luego, pero para Belaunzarán de lo que se trata es de quedar bien con Jesús Ortega para asegurar hueso.
Beatriz Mojica era una ilustre desconocida hasta que le dieron la candidatura del PRD para la gubernatura de Guerrero. Medio tuvo el apoyo de Cuauhtémoc Cárdenas, pero de todos modos perdió por la división del voto de MC y de Morena.
Siendo el caso, no tiene Mojica realmente la fuerza política como para ser dirigente nacional del partido. Y menos siendo de Nueva Izquierda que, como ya dijimos, nisiquiera debería ser mencionada para la dirigencia nacional.
Zoé Robledo tampoco pinta. Medio lo conocen, pero no ha figurado realmente en la izquierda como para ponerlo en la dirigencia nacional.
Lo mismo pasa con Vladimir Aguilar. Y con Víctor Romo tampoco se puede considerar como mejor opción ya que su experiencia se limita a gobernar la delegación Miguel Hidalgo, no a temas nacionales.
Queda entonces Armando Ríos Piter, quien sí tiene experiencia lidiando con temas nacionales y quien sí tuvo el valor de mandar a Nueva Izquierda al carajo cuando le Jesús Ortega le pidió que, para ser candidato a gobernador de Guerrero, a cambio de que se arreglara con Ángel Aguirre.
"A mi me insinuaron que para procesar mi candidatura era importante tener un acuerdo político con varios actores y he subrayado el tema del exgobernador (Ángel Aguirre), que yo creo que es parte del problema y no es parte de la solución que hoy requiere Guerrero", dijo Ríos Piter en enero pasado de acuerdo con CNN. Agregó:
"Yo no voy a un acuerdo de ese tipo porque un acuerdo de ese tipo frente a la problemática que estoy evidenciando, uno sólo tiene que ponerse creativo para saber de qué se trataría cualquier tipo de acuerdo."
Al siguiente día de esa declaración, Ríos Piter reveló en entrevista televisiva que quien le pidió pactar con Aguirre fue Jesús Ortega, quien se tuvo que poner a la defensiva ante la balconeada.
La verdad, habla muy bien de Ríos Piter haber tomado la decisión de mandar al cuerno a Ortega inclusive si eso le costaba la candidatura a gobernador. Y ojo: Ríos Piter era el puntero en las encuestas. Tenía ganada la candidatura y en una de esas hasta la gubernatura. Pero no quiso el poder si eso significaba tener que obedecer a Ortega.
Quiere decir que, a diferencia de Belaunzarán o Beatriz Mojica, Ríos Piter no sería un pelele de Jesús Ortega si él fuera el nuevo dirigente nacional del PRD y Nueva Izquierda de verdad ya no tendría el control sobre la dirigencia nacional.
Belaunzarán sería peor títere que Navarrete. Ni tiene tablas, ni tiene tacto, ni tiene idea de cómo ser dirigente de un partido. Lo único que sabe es seguir la línea que le dictan sus patrones de Nueva Izquierda. Poner a Belaunzarán sería repetir el mismo error que se cometió al imponer a Carlos Navarrete.
Lo que necesita el PRD en estos momentos es dejar de ser controlado por Jesús Ortega, quien a su vez obedece a Enrique Peña Nieto. Y el único que de verdad ha demostrado no estar dispuesto a obedecer a Ortega es Ríos Piter.
Si el PRD logra esa independiencia, entonces sí podrá frenar la hemorragia de votos hacia Morena y podrá empezar a crecer nuevamente como la principal opción de izquierda en México.
PD: Ayer por la tarde todo el CEN del PRD dijo que ponía su pernanencia en el cargo a disposición del Consejo Político Nacional. De nuevo; como al Consejo Político lo controla Nueva Izquierda, los relevos en los cargos podrían favorecer a esa corriente. Si eso sucede, entonces de nada servirá que quiten al actual CEN. Los chuchos no deben tener mayoría en el PRD si de verdad quieren ganarle a Morena en 2018.
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