Adolf Eichmann, un gris burócrata, un hombre normal con una familia, hijos, colegas y vecinos inventó un sistema para transportar ciudadanos de sus casas a la fábrica de la muerte ¿Qué aspecto de su actividad hoy en el 2015 afecta en nuestro llamado "interior", en nuestra "alma", en nuestra "conciencia"? Una pregunta recorre nuestra vida cotidiana: ¿Cómo un hombre "normal" al llegar al poder se convierte de la noche a la mañana en un elemento más de una máquina de acumular capital? Esa máquina incluye el aumento del capital sobre la base de ejercer una política que requiere de una gran cantidad de crímenes, llegando a instalar una fábrica de cadáveres sea mediante asesinatos extrajudiciales, sea por las consecuencias de sus propuestas económicas. Esa transformación no tiene solo explicación por la supuesta "ignorancia"; psicopatología psiquiátrica "Es un narcisista";"Es un pervertido". Tomemos nota de un hecho hoy la práctica política del neoliberalismo requiere ajustarse a los cánones que puso en juego un hombre gris, un modesto burocrata que simplemente se dedicó a transportar personas de sus casas hasta la fábrica de la muerte. Eso es parte, por ejemplo, del actual momento en que una maquinaria está destruyendo, demoliendo, sepultando, eso que fue el Estado de bienestar: educación gratuita, servicios públicos de salud, propiedad estatal y nacional de los bienes de agua, minerales y territorios. Esos cambio son parte de las afecciones y efectos que toman en sus manos cuestiones de nuestras vidas cotidianas.
Sugiero algo para leer, y luego discutir, un tema que quizás nos concierne un poco más de lo que hemos pensado o estudiado pues Eichmann mostró cómo se hizo algo cuyas consecuencias no solo fueron la efectuación de uno de los asesinatos masivos de Occidente, junto con eso, la maquinaria nazi puso en marcha la vida subjetividad que cada un@ llevamos en nuestro supuesto "interior":
No hay comentarios.:
Publicar un comentario