Ha insistido tanto el ex candidato presiencial priista, Enrique Peña Nieto, en que México necesita a la iniciativa privada (IP) en el sector energético que uno se tiene preguntar por qué entonces le regaló a su sobrina, Fernanda Said Pretelini, una plaza en Pemex de 59 mil pesos al mes sin tener experiencia.
¿Por qué Peña Nieto no la convenció mejor de que fuera a buscar empleo a una empresa privada de energía?
Pues porque una empresa privada jamás le hubiera dado a la sobrina de Peña Nieto un cargo de 59 mil pesos al mes sin tener experiencia.
A lo mucho, una empresa grande, como Cemex, le hubiera ofrecido una chamba de 20 mil pesos al mes.
Por lo tanto, la sobrina de Peña Nieto debe ser despedida de su cargo en Pemex para que vaya y busque cargo en una empresa privada y gane el mismo salario que estaría obligado a ganar cualquier egresado de licenciatura en el sector de marketing: 14 mil pesos al mes.
Y si la sobrina de Peña Nieto tiene también a sus amigas en Pemex, que las despidan también. Con toda la pobreza que hay en México, y con todas las pérdidas que reporta Pemex para este año, los mexicanos no tienen por qué estar manteniendo a juniors priistas.
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