Muy escandalosa la nota que apareció en los medios ayer por la tarde alegando que 46.8% de los maestros evaluados por la reforma educativa "reprobaron" o "no son idóneos."
Pero lo que los titulares no dicen, y de hecho sólo se dijo de manera explícita en Reforma, es que esa "evaluación" era sólo para aspirantes a director, supervisor o asesor técnico o pedagógico. Es decir, para los maestros que buscaban subir en el escalafón.
Lo cual nos lleva a preguntarons forzosamente esto: ¿Y entonces qué les están evaluando a los maestros?
Un director de escuela no da clases. De hecho, su trabajo es más bien administrativo. Lo mismo un inspector. Sus funciones consisten en poder administrar adecuadamente el funcionamiento de una escuela, en el caso de los directores, o revisar el funcionamiento de varias escuelas.
¿Cómo pretende el gobierno priista evaluar si un maestro es idóneo o no para ser director? ¿Porque votó por el PRI? ¿Porque es amante de algún funcionario de la SEP? ¿Porque se mochó con Chayffet?
No lo explica la SEP.
De hecho, tampoco explican cómo es que esa evaluación para ser director o supervisor afecta el desempeño de los estudiantes en las aulas.
¿Los alumnos de cuarto B van sacar mejores calificaciones en matemáticas sólo porque el director de la escuela es "idóneo"?
No me hagan reir.
Otro detalle: el 46.8% de los maestros que no resultó "idóneo" para ser director o supervisor podrá seguir en su plaza actual dando clases. En otras palabras, sí es idóneo para dar clases.
Pero eso no lo dicen de manera explícita en los medios. Pintan el asunto como si los maestros fueran unos burros que "reprobaron" la evaluación.
Cuando en realidad los burros son los de los medios que nisiquiera se tomaron la molestia de investigar ni de hacer las preguntas incómodas que de verdad hubieran informado al público.
Y más burros son los del gobierno de Peña Niet por pretender que se puede evaluar a un maestro para ser director cuando eso no requiere de evaluación, sino de firmar boletas, firmar de recibido libros de texto, decir discursos, y en todo caso lidiar con los padres de familia, no con los alumnos.
Más bien de lo que se trata es de difamar a los maestros para promover la privatización de la educación pública, como tanto quiere Claudio X González.
Esta afrenta a los maestros debería ser suficiente para que se le volteen al SNTE y en 2018 voten por la izquierda. Porque mientras el PRI y el PAN estén en el poder, para lo único que van a servir las evaluaciones es para que puedan ser directores los consentidos, recomendados y lambiscones del gobierno. Nada más.
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