Como hoy hay elecciones en México vamos a dedicar esta columna al tema de cómo usar tecnología bitcoin para garantizar que no haya fraude en una elección.
Desde hace años se ha propuesto el uso de un blockchain (el libro de actas público y anónimo donde se guardan las transacciones en bitcoin) para votar y asegurar de esa forma el voto por internet e impedir fraudes. Esto se puede hacer de la siguiente manera:
1. La autoridad electoral crea un clon del bitcoin descargable por todos los ciudadanos pero sólo minable por las juntas distritales del INE. De esa forma los ciudadanos lo pueden auditar y vigilar en tiempo real, pero sólo la autoridad electoral tiene la manera para vigilar su contenido.
2. En total, la autoridad electoral sólo puede emitir una cantidad de "boletas" digitales equivalentes al total del padrón electoral, el cual puede ser auditado por los partidos políticos. Las "boletas" se representan en forma de una unidad monetaria digital. Si hay 70 millones de personas en el padrón electoral, se emiten 70 millones de juegos de "boletas" digitales. Como si se emitieran 70 millones de bitcoins. No se emiten más boletas de papel ni para voto en el extranjero, ya que el voto digital se puede ejercer en el extranjero con la credenciaal de elector, como se verá a continuación.
2. A cada credencial de elector se le agega un "monedero" en forma de QR encriptado con el cual puede votar desde casa o en la casilla con un password. El monedero contiene las "boletas" a usar en la elección en forma de una unidad de criptomoneda. Las boletas no se almacenan en la credencial, sino en un blockchain. El QR en la credencial de elector sirve para mover esas boletas y "enviarlas" a los candidatos de la preferencia del elector.
3. Los QR sólo se pueden usar el día de la elección. En ese día, todos los electores reciben en su credencial sus "bitcoins-boleta" a su QR. Para votar lo pueden hacer desde una página de internet o desde una aplicación en casa. O bien, pueden acudir a las casillas para que se les informe cómo votar con su QR en una pantalla interactiva.
4. El votante emite su voto enviando las boletas a los candidatos de su preferencia. Cada candidato que recibe una boeta está recibiendo un voto. Al usarse tecnología bitcoin, la operación es irreversible e inalterable. Para mayor seguridad, inclusive, se puede desarrollar tecnología "sidechain" para que los votos se transfieran en el blockchain del bitcoin y así no se tenga sospecha de alteración de las operaciones electorales por parte de la autoridad electoral, ya que el blockchain de bitcoin es inalterable.
5. De esta forma se puede saber en tiempo real el resultado de la elección, sin tener que esperar a que el INE de los resultados, lo cual siempre ha generado sospecha de fraude y chanchullo.
6. Al cierre de las casillas/sistema de voto las "boletas" que no se usaron se desactivan y el blockchain se cierra. Esto se puede hacer simplemenet dejando de minar las boletas a la hora del cierre de casillas, ya que al no haber minería, no se pueden generar más operaciones y, por ende, no se puede votar más.
De esta forma el ciudadano tiene completa transparencia en el proceso electoral; puede auditar el sistema; puede votar desde su casa o desde el extranjero; puede ver en tiempo real los resutados; y no tiene desconfianza en la autoridad electoral ya que la autoridad electoral no cuenta los votos, sino que se cuentan en automático en el blockchain de la elección. Los resultados se saben de inmediato y no hay manera de alterarlos ni de que haya votos de más o de menos. Votaron los que quisieron y los que no se cuentan como abstencionistas.
BONUS: Se elimina el voto nulo, ya que no hay manera de anular el voto en el sistema. Los anulistas se convertirían simplemente en abstencionistas. Al eliminarse el voto nulo, se elimina además el viejo fraude electoral de esconder votos válidos entre los votos nulos.
Se corrige además el viejo problema de que los funcionarios de casilla no saben sumar y restar, o que no hubo vigilancia en las casillas, ya que la vigilancia de la elección está basada en matemáticas y por lo tanto es inalterable e imparcial.
Esta propuesta, no obstante, tiene tres proeblemas potenciales:
1. Se tendría que generar un blockchain nuevo por cada elección y un QR nuevo para cada credencial de elector para poder votar.
La razón es porque si un elector no votó en una elección, pero sí quiere votar en la siguiente, tendrá en su QR los votos o "boletas-bitcoin" de la elección anterior y, por ende, habría la preocupación de que votara dos veces.
Esto se puede corregir, no obstante, dándole una orden al protocolo del blockchain electoral para que sólo acepte un voto por elector por elección. Como las boletas tendrían una fecha de emisión en el blockchain, el sistema podría rechazar las boletas con fecha anterior al año de la elección. De esta forma se pueden acumular todas las boletas que sean, y de todos modos sólo se podría votar una vez en el año de la elección. Así que no es tanto problema en realidad.
2. Si bien el público en general no podría saber la identidad de quien emitió un voto, sí lo podría saber la autoridad electoral, ya que forzosamente tendrían que saber los datos de la credencial de elector a la cual se le asignaron los votos digitales. Y podrían saber además a qué candidatos envió sus boletas esa credencial de elector. De esta forma se podría violar el principio del voto secreto.
Aunque técnicamente el voto secreto se viola en el caso del voto en el extranjero, ya que si sólo hay un mexicano votando en el extranjero en Turquía, por poner un ejemplo, el INE sabe quién ese ese elector, ya que le envió su paquete de voto en el extranjero sólo a una persona en ese país.
Una posible manera de resolver el problema es encriptando los datos de la credencial de elector para que no puedan ser vistos por la autoridad electoral al momento de asignar los QR y sólo puedan ser vistos con la presentación física de la credencial de elector. Lo único que puede saber la autoridad electoral es si la credencial votó o no, pero no por quién.
3. Si el ciudadano vota desde su casa, o desde otra parte sin vigilancia de la autoridad electoral, su voto no es alterable, pero los partidos políticos sí pueden coaccionarlo sin ser vistos, ya que la autoridad electoral no pueden estar en todas partes. Los partidos pueden ir a un parque, por ejemplo, y coaccionar a las personas en el parque para que voten por ellos en ese lugar y en ese momento.
La solución al problema podría ser establecer establecer horarios más pequeños para votar de manera remota. Sólo se podría votar, por ejemplo, de las 11 a las 12 de la mañana, y en horario regular de 8 de la mañana a 6 de la tarde en casillas oficiales del INE, lo cual le impediría a los partidos distribuirse por toda una ciudada para coaccionar voto a distancia.
La única manera en la que los partidos podrían coaccionar votos de esa forma es citando de antemano a sus votantes para votar al mismo tiempo en el mismo lugar, como lo hace el PRI.
SIN EMBARGO...
Si los partidos hacen ese tipo de acarreo masivo de votantes es más fácil sorprenderlos in fraganti y es más facil anular esos votos comprados. Si el PRI arma una reunión de acarreados para comprarles votos, por ejemplo, y el PRD les lleva a las autoridades para cacharlos, se pueden anular los votos inclusive en tiempo real.
Esto puede hacerse ya que los votos estarían asignados a una credencial de elector que está asignada a una sección electoral. Si hay acarreo masivo de un partido para compra de votos en esa sección, los votos de ese partido y SÓLO los de ese partido se anulan para esa sección donde hubo acarreo. De esa forma los votos válidos siguen contando.
Inclusive, se podría establecer como requisito para votar la geolocalización del votante remoto. Sólo se puede votar en casa usando un smartphone con geolocalización encendida. Si el votante no quiere ser geolocalizado, debe acudir a una casilla a votar. Y si se detecta una cantidad de votos muy alta por un solo partido en un solo lugar que NO sea un edificio de departamentos, los votos quedan bajo sospecha y pueden ser anulados si se determina que el lugar en donde se emitieron tiene las características de un punto de acarreo.
En fin. Son detalles que se pueden resolver también con tecnología. La sugerencia sería que antes de establecer el sistema, primero pase por el filtro de asesores expertos en mapachería electoral para que le encuentren vulnerabilidades y maneras de burlar el sistema para resolverlas antes de la elección y hacer al sistema lo más seguro posible.
Este sistema de voto electrónico funcionaría mucho mejor que las máquinas de votación que son alterables y generan desconfianza. Como el blockchain no es alterable, no es posible que se embarace la urna, o que haya problemas con las cuentas de los votos.
La tecnología para emitir este tipo de votos ya existe. Inclusive se podría implementar de manera voluntaria. Quien quiera votar con criptografía lo puede hacer, pero ya no puede acudir a una casilla a votar; se le elimina de la lista nominal para voto de papel y se le pone en una lista nominal criptográfica.
El asunto de fondo es que la tecnología blockchain es muy, pero muy económica y muy, pero muy eficaz. Lo único que se tendría que pagar es por un par de programadores que se encarguen del sistema como parte de la división de sistemas del INE y asunto arreglado.
De esa forma, será mucho más fácil y más barato tener elecciones, limpias, transparentes, y con certeza.
Pero mientras el INE se decide a implementar el voto criptográfico algún día, vaya usted hoy a ejercer su derecho al voto de papel.
PD: Se podría argumentar que con voto remoto los partidos pueden coaccionar o comprar los votos desde días antes sin que sean detectados. Cierto. Pero ya lo hacen con votos de papel. La diferencia es que con voto remoto, el elector no tiene por qué salir de su casa y el partido que pagó por el voto no tiene manera de saber si de verdad votaron por ellos. En otras palabras, el voto remoto, bien implementado, con detección de acarreo con geolocalización, podría eliminar la efectividad de la compra del voto.
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