Hoy es el día de las elecciones intermedias. Se eligen diputados federales en todo el país; Congresos locales en varias entidades y gobernadores en algunos estados.
Pero lo que está en juego es mucho más que esos cargos.
Mire usted:
Lo primero que está en juego es qué tanto va a castigar el electorado al PRI y a Enrique Peña Nieto por medio del voto.
Las elecciones intermedias suelen poner en evidencia qué tanto la gente está molesta con el gobierno en turno. Si el partido en el poder pierde curules en la cámara de diputados, o si su porcentaje de votación es menor, significa que hay un alto descontento popular contra el gobierno. En este caso, contra Enrique Peña Nieto.
Lo mismo pasa con el PVEM. Si cae su votación, y los votos se van a otros partidos, es una manera directa de manifestar el descontento con el principal aliado del PRI.
En segundo lugar está en juego la estrategia electoral del PRI de poner al PVEM de "policía bueno" para ver si sube su votación promocionándose disfrazados de verde para poder violar la ley electoral.
De la votación que tenga el PVEM quedará en evidencia si funcionaron o no todas las violaciones de la ley electoral que perpetró el PVEM para poder aumentar su votación de manera ilegal.
El detalle es que si el PVEM tiene un porcentaje de votación alto, entonces confirmarán que sí les funcionó violar la ley y es posible que lo sigan intentando, ya que el costo es relativamente bajo: una multa que se paga del erario de todos modos.
Un tercer asunto en juego es qué tanto poder le da al PRI y al PAN la división de la izquierda.
Hay algunas elecciones en las que las encuestas muestran empates técnicos entre el PRI y el PRD, por ejemplo. Pero ese empate sería una clara ventaja para el PRD si el voto de izquierda no se hubiera dividido.
Por consiguiente, del resultado de esta elección se podrá saber el tamaño del daño a la izquierda que le causó la división de su voto.
Cuarto: Esta elección definirá el destino de varios partidos políticos pequeños, ya que los que no alcancen el 3% del voto perderán el registro.
Quién podría perder el registro varía de encuesta en encuesta, así que no vamos a mencionar a nadie en particular. Sólo podemos señalar si uno o más partidos pierden el registro, habrá un reacomodo notorio de fuerzas en 2018 debido al éxodo de ex militantes de los partidos desaparecidos a los partidos que queden en pié.
Por último, de los resultados de esta elección se podrán empezar a dibujar las opciones para 2018. El PAN podría envalentonarse; el PRI podría debilitarse y perder el control del Congreso; y la izquierda definirá si sigue dividida o si va unida a 2018. De esa decisión de la izquierda se podría determinar quién podría ganar o no la presidencia en 2018.
Queda entonces en manos de los electores lo que ocurrirá en la elección. Lo único que podemos decir es que lo que está en juego es mucho más de lo que mucha gente cree.
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