El partido que arraso ayer fue el partido México Brasil. Y al
dia siguiente, mexicanitos, encontraron que el puto dinosaurio sigue ahí. Y las televizorras vociferaran “el triunfo
histórico” y el “apoyo incondicional” de los mexicanos a
#ElPutitoDeLosPinos. El patroncito chulo
tostado de Washington llamara a los Pinos a felicitar al putito por mantener
quieto el patio trasero mientras las mineras y petroleras recogen los pellejos
que queden de México.
Los únicos que podrán sentirse orgullosos, que todavía podrán sentirse
dignos del nombre mexicanos, los únicos que podrán todavía llamarse hombres y
mujeres libres serán los habitantes de Tixtla y Ocosingo donde mandaron a la
chingada la farsa electoral. Cierto, el
puto gobierno los va a abrumar con sus guaruras de uniforme y probablemente los
va a masacrar. Pero tendrán todavía una
patria, aun si es un sepulcro.
El resto de ustedes, mexicanitos, volverán a sus preocupaciones
diarias. Que si encuentras chamba. Que si no te pagan el outsourcing. Que si puedes llevar los chamacos a la
escuela sin que te balaceen, etc., etc.
Y los hijos de la gran puta que fueron electos “con el apoyo innegable
del pueblo mexicano” se presentaran en San Lázaro y en los palacios de gobierno
a que les den sus patentes. Y entraran a
robar, a matar, y a traicionar a México.
Y se hincharan de plata y sus descendientes te rayaran sus Ferraris y te
llamaran con desprecio “nacos envidiosos” y heredaran puestos para seguir
robando.
Sus hijos, mexicanitos, seguirán condenados a este ciclo de mediocridad
y pobreza. Y no, los gringos no harán de
México su estrella 51 pues solo quieren las riquezas del país pero desprecian a
los habitantes por huevones y pendejos.
Y de todo esto no tienen la culpa los gringos o aun los hijos de puta
que nos impusieron de gobernantes. No,
mexicanito, la culpa la tienes tu porque “la política no te interesa” y “te da
flojera leer” y prefieres ver el futbol o la Rosa de Guadalupe y porque votas
por el PRI porque así votaban tus padres y crees que todos los revoltosos
“deberían ponerse a trabajar”.
Si mexicanito, repito, por tu pendejez has condenado a tus hijos a la
mediocridad y pobreza. Por tu hueva y
mediocridad has perdido toda una nación que podría haber sido la primera
potencia de Norteamérica pues, sabes, los gringos valen para pura y celestial
chingada porque son también rete flojos e ignorantes. No mereces patria o historia,
mexicanito. Eso es privilegio de los
hombres libres. Los esclavos solo
merecen un amo. Y este tratara mejor a
sus perros pues estos tienen más dignidad.
Sin embargo, ego te absolvo, mexicanito pues no soy quien para tirarte
la primera piedra. Ve y sáciate con tu
mexicana alegría, mexicanito. Échale
porras a la selección. Rézale al ayate
meado de Juan Diego, mexicanito.
Emborráchate la noche del quince.
Dile a tus hijos que compren las estampitas de esos héroes muertos, que
ya son polvo, y a cuyos talones nunca les llegarías. Y llora, mexicanito, si, llora como niño lo
que perdiste por no saber defenderlo como hombre.
Mario Quijano Pavón
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