El pasado sábado 16 de mayo Reforma publicó que el Consejo Agrícola del Valle de San Quintín, Baja California, se niega a pagar 200 pesos al día a los jornaleros, y que no piensan pagar más de 15% adicional que supuestamente ya les aumentaron.
Que porque en promedio, dijeron los empresarios, los jornaleros ganan 271 pesos al día, y que si les aumentan más se pondrían en riesgo las fuentes de trabajo de los jornaleros.
Lo cual no cuadra a la hora de hacer las cuentas.
271 pesos diarios equivalen a mil 355 pesos a la semana trabajando cinco días o 5 mil 420 pesos al mes.
Lo cual es equivalente a 3 salarios mínimos.
Lo cual es imposible, ya que con 3 salarios mínimos los jornaleros serían pobres, pero no estarían en la miseria como están ahora.
Prueba de lo anterior es un reportaje publicado en El Universal el mismo sábado 16 de mayo en el cual se describe las deplorables condiciones de pobreza extrema en las que viven las familias de los jornaleros. De ese reportaje cito lo siguiente:
“Tenemos que ajustarnos a unos 500 pesos a la semana para la comida y pagarle a la pipa 100 pesos del agua”, dice Carmelita mientras muestra su casa, en la que existen sólo dos sillas en las que —declara— se sientan a comer sus hijas apoyando el plato en las piernas.
Eso no es lo peor. Sólo tienen un colchón en el que se toman turnos para dormir sus hijos. Sólo comen arroz, frijoles, sopa, y cuando baja de precio huevo.
Las paredes de su casa con de triplay y el techo es de plástico. El piso es de tierra. El padre de la familia gana entre 100 y 150 pesos como jornalero trabajando 8 o 10 horas al día cosechando fresas.
¿No que eran 271 pesos diarios? ¿Quién puede vivir con 100 o 150 pesos diarios?
Hagamos cuentas: trabajando 5 días a la semana por 100 pesos diarios un jornalero tiene al mes 2 mil pesos, lo cual es apenas rayando los 2 salarios mínimos.
Con 2 mil pesos no se puede tener una vivienda adecuada, ni mantener a una familia. Vamos, no se puede darle de comer bien a una familia.
200 pesos diarios tampoco sacan de la pobreza a nadie. Pero por lo menos se acerca un poco a los 3 salarios mínimos diarios y permitiría por lo menos comer algo más que arroz, frijoles y sopa.
Pero lo peor del caso es que el sueldo de los jornaleros de San Quintín es igual o mayor al de muchos campesinos en todo el país.
No sólo es inhumano pagarle a alguien ese sueldo, sino que además perjudica a la economía del país. Una y otra vez han señalado expertos en economía y finanzas que el PIB no crece porque el mercado interno es débil. Pero el mercado interno no puede fortalecerse si la gente no tiene dinero para consumir.
Y no tienen dinero para consumir porque el gobierno federal priista de Enrique Peña Niero se ha negado a aumentar el salario mínimo.
El resultado es que ahora hay casos de protestas sociales como el de San Quintín.
Por lo cual, mientras el PRI y el PAN estén en el poder, más serán los casos de protestas en México.
Nada de eso ocurriría con un gobierno de izquierda.
Recuérdelo a la hora de ir a las urnas el 7 e junio.
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