Reforma publicó en su edición de ayer que el gobernador priista de Nuevo León, Rodrigo Medina, lava dinero producto de moches con empresas pantalla en Estados Unidos y cuentas de banco en las Islas Caimán.
En el lavado estarían involucrados un hermano y el papá de Medina, a quien ya se había señalado por presuntos actos delictivos.
Textual, el diario señala que "a través de las compañias en las Islas Caimán y de sus operaciones como desarrolladores inmobiliarios en San Antonio...los Medina lavan los recursos producto de las presuntas extorsiones a proveedores de la Administración estatal."
Es decir, los proveedores del gobierno priista de Nuevo León tienen que dar un moche para ser contratados.
"El asunto es que tienes 2 empresas de papel, en donde entre todas no tienes 3 o 4 representantes, No tienen ni empleados, algunas de ellas con domicilios en un código postal. Y 2 de ellas, Northlake Holdings como Mesa Investments, tienen filiales en las islas Caimán", denunció Aldo Fasci, ex priista y ex subprocurador de Ministerios Públicos en el sexenio de Natividad González Parás.
En total, los Medina estarían usando 12 empresas inmobiliarias para lavar dinero en las Islas Caimán.
El método de lavado es el siguiente: las empresas de los medina compraron propiedades en Estados Unidos por entre 15 millones y 40 millones de dólares.
Luego las vendieron en 10 o 100 dólares a otras empresas que luego las revendieron en 300 mil o 400 mil dólares.
De ahí el dinero se manda a paraísos fiscales como las Islas Caimán.
La evidencia que publicó Reforma es clarísima y debería detonar investigaciones por lavado de dinero tanto en México como en Estados Unidos contra los Medina.
Pero ¿qué creen? Ayer, horas después de que Reforma dio a conocer estas cochinadas de los medina, el PRI salió con la gracejada de que contra quien presentó una denuncia por "corrupción", alegando que Aureoles benefició a empresarios constructores que se convirtieron en candidatos perredistas.
Nadamás que la acusación es falsa, ya que Aureoles no tiene acceso a presupuestos federales, y lo único que podía gestionar Aureoles era los mismos recursos que gestionan todos los diputados para sus estados de origen.
Ah, y el PRI no presentó ninguna prueba de que de verdad hubiera una supuesta red de corrupción.
Lo que pasa es que en Michoacán ya va ganando Silvano Aureoles. El PRI lo quiere presentar como un empate técnico en el cual va ganando el PRI, pero si realmente el PRI estuviera ganando, el PRI no tendría necesidad de hacer la guerra sucia que está haciendo contra Aureoles.
En cambio, del caso de Rodrigo Medina, donde sí hay documentos que señalan lavado de dinero por parte de Medina y sus familiares, el PRI no dice nada.
Habría que preguntar en cuántos gobiernos estatales más el PRI está haciendo lo mismo que hace Medina, porque es de dudarse que Medina sea el único que lo haga.
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