La prisa que tiene el PRI por aprobar las reformas de transparencia y dizque contra la corrupción antes de que se termine este periodo de sesiones es porque en realidad esas reformas le dan opacidad e impunidad a Enrique Peña Nieto.
Y si no sacan esas reformas ahora, y se van a la congeladora, en el siguiente periodo de sesiones, con congreso nuevo, ya no las podrán sacar, ya que en la próxima legislatura el PRI perderá la mayoría.
La reforma anticorrupción, por ejemplo, fue aprobada sin cambios en comisiones en el Senado (ya la había aprobado tal como está la Cámara de Diputados).
El problema es que no incluye la eliminación del fuero para el titular del ejecutivo federal, por lo cual Peña Nieto tendría impunidad absoluta para todas sus corruptelas el resto del sexenio.
Pero el PRI quiere que la reforma salga tal cual. Con impunidad para Peña Nieto.
La otra reforma, la de transparencia, pretendió darle opacidad a Peña Nieto, quien ahora puso bajo reserva los datos de cuánto tuvo que reembolsar el gobierno federal priista a China por la suspensión del tren de Querétaro luego de que estallara el escándalo de la Casa Blanca y Grupo Higa.
Ahora bien; si la oposición de verdad quiere poner en jaque a Peña Nieto, que operer para mandar la ley anticorrupción a la congeladora y septiembre, con congreso nuevo y sin mayoría priista, entonces sí que modifiquen la minuta para que Peña no pueda tener fuero ni impunidad.
Porque al perder la mayoría en el congreso, el PRI ya no estará en posibilidad de decir bloquear que le quiten la impunidad a Peña Nieto.
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