Ciro Gómez Leyva estuvo esta semana publicando columnas tratando de justificar la riqueza de los integrantes del gabinete de Enrique Peña Nieto. Ayer lo quiso hacer con Gerardo Ruiz Esparza, titular de la SCT.
La descripción que pone Ciro de el origen del patrimonio de Ruiz Espaza lo pinta como si se tratara de un simple funcionario público que lleva muchos años dedicado a trabajar en el gobierno y por eso tiene "cuatro casas, un departamento, un terreno y una lancha".
Lo que no explica Ciro es de dónde sacó dinero el hijo de Ruiz Esparza para viajar en jet privado por el mundo, presumir vinos caros y hasta un Ferrari.
Desde junio de 2012 blogdeizquierda.com difundió las fotografías que el junior de Ruiz Esparza, Gerardo Ruiz Dosal, publicara en su cuenta de Facebook presumiendo viajes a China, Francia, Rusia, Las Vegas, Mumbai, Boston, etc.
Las fotos incluyen fotos con artistas de Televisa y modelos, una botella de vino Petrus Pomerol de 23 mil pesos, varios vuelos en jet privado (llega a refererirse en Facebook al jet privado como su taxi) y desde luego una foto de Ruiz Dosal manejando un auto Ferrari.
Ruiz Dosal fue funcionario con Jesús Murillo Karam en la PGR y antes de eso asistente de David Penchyna en la Cámara de Diputados. Su ingreso jamás le hubiera permitido pagar por todos esos lujos.
A pesar de eso, Ciro nunca cuestiona que Gerardo Ruiz Esparza declarara para su columna lo siguiente:
"No me considero rico ni me estilo de vida ha reflejado jamás tal condición. Soy servidor público ininterrumpido desde hace 45 años."
¿Y el estilo de vida de su hijo entonces?
OJO: Su hijo también fue funcionario público en el Congreso menos de 3 años y menos de 3 años en la PGR.
¿Cómo paga entonces sus lujos?
Con lo cual tenemos que nuevamente Ciro simplemente busca hacer propaganda al PRI, no cuestionar lo que cualquier periodista de verdad debería cuestionar: ¿De dónde sale el dinero para los lujos del hijo de Ruiz Esparza que sí presumió estilo de vida de rico en redes sociales?
No se lo va a preguntar, desde luego. De lo que se trata con Ciro es de lustrarle el calzado al PRI, no de cuestionar al poder ni de buscar la verdad.
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