Andan muy preocupados los lambiscones del PRI y del PAN por la posibilidad de que Andrés Manuel López Obrador sea candidato a la presidencia en 2018. Dan por hecho que van a ganar.
El monero de la derecha, Carlos Daret La Cola, Priro Lámez Leyva y otros por el estilo han insistido en que AMLO tiene la mesa puesta para ganar en 2018. Hasta piden que mejor el PAN le haga campaña de ataque a él y no al PRI.
Pero... ¿cuál es la realidad de AMLO hacia 2018 ya dejando a un lado los odios irracionales de sus detractores?
En primer lugar, Andrés Manuel tiene garantizada la candidatura presidencial de MORENA, pero no la del PRD, ni la del PT, ni la de MC. Sin una alianza de izquierdas, particularmente con el PRD, es imposible que la izquierda pueda ganarle a un PRI que tiene a su disposición el presupuesto federal para comprar votos.
Para que el PRD le cediera a AMLO la candidatura presidencial, AMLO tendría que demostrar que MORENA tiene más músculo político que el PRD. Pero ninguna encuesta le da la vantaja a MORENA por encima del PRD.
Vaya, a nivel nacional el PRD rebasa por mucho a MORENA. ¿Por qué querría el PRD aceptar de candidato a alguien que tendría menos votos que el PRD?
Peor: para ganar la elección de 2018 se requiere de voto útil del PAN. Andrés no atrae voto útil del PAN. ¿Por qué le querría postar el PRD a un candidato que no genera las condiciones óptimas para poder derrotar al PRI?
Otro riesgo que corre Andrés Manuel es que si alguno de los diputados de MORENA (pluris, porque de votación uninominal será difícil que tenga) es descubierto cometiendo algo indebido, la responsabilidad se la achacarán a AMLO, ya que fue él quien apareció en los spots y en la propaganda de todos los candidatos de MORENA.
Así que tanto como tener la mesa puesta para 2018 no es realmente el caso. Tiene Andrés posibilidades fuertes de ser candidato nuevamente, sí, pero lo único que tiene asegurado es la candidatura de MORENA. Todo lo demás está en veremos.
"Pero es que no hay otro candidato de izquierda. Forzosamente tendría que ser Andrés Manuel", dicen tanto en la izquierda como en la derecha.
Falso.
Sí hay otra opción para candidato de izquierda a la presidencia: Marcelo Ebrard.
Todos alegan que Ebrard ya es cadáver político por la Línea 12 del Metro, pero en cuanto Ebrard tenga escaparate político como diputado federal las cosas van a cambiar. Ebrard se convertiría en una de las principales voces contra el priismo en San Lázaro y sería la figura visible de la izquierda al ser los diputados pluris de MORENA perfectos desconocidos que no le hacen olas ni lo opacan.
Ebrard, como ya hemos dicho en esta columna, tiene una ventaja importante como posible candidato presidencial; atraería voto útil del PAN, el cual es absolutamente necesario para derrotar al PRI.
El problema que tiene Ebrard es que los chuchos no estarían contentos con que fuera candidato y podrían maniobrar precisamente para que no lo sea.
Así que, insisto, que Andrés tenga la mesa puesta para 2018 es una exageración.
En resumen, la realidad de Andrés Manuel para 2018 es la siguiente:
1. No tiene garantizada la candidatura de los cuatro partidos de izquierda. Sólo la de MORENA. (En una de esas MC postula a Ebrard por su cuenta).
2. AMLO llega a 2018 con menos de la mitad de los votos del PRD.
3. No tiene voto útil del PAN, necesario para ganarle al PRI.
4. Corre el riesgo de que sus pluris cometan errores y opaquen su imagen.
Ah, y otro detalle: La salud de Andrés Manuel. Tras un infarto, Andrés llegaría a 2018 con condiciones de salud muy distintas a las que tuvo en 2006 y 2012. A no pocos les va a dar pavor que Andrés pueda tener un problema de salud si llegara a la presidencia y el congreso, controlado por el PAN y el PRI, pusiera a un PRIANista de interino.
Eso es algo que Andrés debe considerar porque es una posibilidad real.
¿Entonces por qué la insistencia de los lambiscones de la derecha en decir que Andrés casi casi ya es Presidente en 2018?
Esa insistencia más bien parece ser una estrategia de la derecha para que los ataques del PAN sean contra AMLO y no contra el PRI, ya que saben perfectamente que mientras más le pegan al PRI más votos pierde el PRI y menos control sobre el congreso tiene Enrique Peña Nieto.
Parecería que la estrategia de los lambiscones del PRI es tratar de convencer a los panistas de que no le peguen al PRI porque de lo contrario "puede ganar el Peje."
Pero como vimos en esta columna, es relamente difícil poder afirmar con toda certeza que que Andrés Manuel será candidato o que podría ganar en 2018.
¿Puede ganar Andrés en 2018? No como está haciendo las cosas actualmente. Sin cambios realmente sustanciales en su discurso y en su estrategia política, Andrés no podría se candidato de unidad de las izquierdas ni tendría los votos suficientes -ni de izquierda ni votos útiles del PAN- para ganarle al PRI.
Que se preocupen los priistas, en todo caso, si luego de una fuerte derrota electoral para MORENA en 2018 Andrés se da cuenta de que tiene que cambiar su estrategia y debe o cederle la candidatura a alguien más que sí pueda ganar, o flexibilizar mucho su discurso y su visión de la política para atraer voto útil.
Pero así como están las cosas en MORENA, y con la necedad de Andrés Manuel, se ve difícil que eso ocurra. Esta vez, ser necio no le ayuda a AMLO; le pone piedras su propio camino.
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