Sagrado Corazon de don Ramon, Ora Pro Nobis |
El Evangelio Según el Chamuco
Por el Lic. Mefistófeles Satanás
Hijos Míos:
Han de saber que yo anduve brigadeando con Chucho en aquellos
días. En efecto, hasta lo trate de voltear, le ofrecí que se uniera
a los “Chuchos”….
--Mira, cabrón –le dije al barbón--. De perdida te toca
una subsecretaria. Y esa carpintería chilera que tiene tu familia, pos
hasta podemos hacer que le caigan unos contratos del gobierno de Cesar.
Pero ya saben, el barbón era muy terco.
--Nel, vade retro pinche chamuco. Dale para atras Menfis.
Ni modo, Chucho quería a huevo acabar de estrella de película de
Mel Gibson. El caso es que, revisando mis notas, tengo unos apuntes que
califican para el evangelio de Satanás.
I. Jesús y la Mujer Horrorosa
En aquel tiempo, encontrose Jesús con sus discípulos en un lugar
donde unos políticos juzgaban a una mujer horrorosa...
--Esa cabrona me pidió 20 millones mensuales para el
PANAL--acuso un veracruzano.
--Esas son camunlias! Exijo una audotirria al ISSTE! --contesto
la mujer horrorosa.
Jesús confronto a los políticos.
--Y quienes de ustedes no han hecho tranzas? El que no las haya
hecho que aviente la primera piedra.
En esto se presentó una gran multitud de gente del pueblo y,
oyendo las palabras de Jesús, levantaron piedras y empezaron a apedrear a todos
los políticos pues ellos NO hacían las tranzas sino que eran los que las
pagaban y por lo tanto estaban libres de pecado.
Esta es la palabra de Dioj
II. Jesús y el Poeta
En aquel tiempo Chucho se encontró en el camino a una procesión
encabezada por un poeta.
--¿Adónde vais poeta? --le pregunto Jesús.
--Es que estamos hasta la madre y le haremos saber eso al Cesar.
--Excelente --dijo Jesús--. Bienaventurados los que tengan
huevos para defender al pueblo.
--Bueno, no le voy a hablar golpeado. Es más, pos hasta lo voy a
abrazar.
--Retiraros de mí --dijo Jesús.
--¿Por qué? ¿Qué pedo encontráis conmigo? --pregunto el poeta
--Es que yo curo leprosos, revivo muertos, hago vino, alimento a
multitudes, pero a naiden le puedo quitar lo hipócrita.
Esta es la palabra de Dioj.
III. Jesús y la Multitud Hambrienta
En aquel tiempo, Chucho y sus discípulos encontraron una gran multitud
hambrienta y jodida.
--¿Adónde vais señores? --les pregunto Jesús
--vamos a las casillas a votar.
En eso se acercaron centuriones de la ASE y le hablaron bronco a
Jesús y los discípulos
--No se metan en lo que no les importa cabrones o los vamos a
desaparecer.
Pero Jesús era terco.
--Esperad --les dijo Jesús a los jodidos--. Yo con tan
solo un pedazo de pan os alimentare y no perderéis vuestra dignidad aceptando
lo que os doy.
--¡No! --dijeron los hambrientos-- preferimos las despensas aun
si solo duran una semana y tendremos seis años de hambres. Incluyen pan y
tortillas viejas y también frijol podrido y además nos van a dar unos tinacos y
500 varos.
A lo que contesto Jesús:
--Pos ni modo, el que nace pa maceta no sale del corredor.
Esta es la palabra de Dioj.
IV. Jesús y el Aspirante a la Purpura
Encontrase Jesús y sus discípulos a los sirvientes de un
poderoso.
--A ver, cabrones, únanse que va a hablarles el licenciado.
--¿Cuál licenciado? --pregunto Jesús
--Es miembro del gabinete del Cesar. Aspira a la
purpura. Ustedes apláudanle y les daremos su despensota.
Jesús y sus discípulos ya tenían días en el camino sin un triste
pedazo de pan que Chucho hubiera multiplicado. Ansina que no tuvieron
problema en detenerse y descansar un rato y oír al fulano.
--¡Hermanos! --dijo el aspirante.
El aspirante vestía una toga de Saville Row, collares de oro, y
guirnaldas de platino. La multitud que lo oía, incluyendo Jesús y sus
discípulos, eran puro jodido vestidos apenas con trapos lamparosos.
--Suena a manada –contesto Santiago. Los otros discípulos
lo recriminaron pues no querían perderse su despensa.
--Sepan que con seis mil sestercios ustedes ya pueden aspirar a
poseer una villa en Cesarea, esclavos griegos que sean tutores de sus hijos, y
hasta pagar una cuadriga del año. ¡He dicho!
--¡Aplaudan cabrones! --los conminaron los sirvientes del
gran señor--. ¡Una porra para el
licenciado!
Pero Jesús se paró ante el aspirante y le dijo en su cara:
--¡No la chingue! ¡Usted miente! Maldigo a los
pendejos que creen que el pueblo es pendejo. Bienaventurados los que le
hablan con la verdad al pueblo pues tendrán hueso en el reino de Dios.
Por culpa de lo que dijo Jesús no les dieron despensa y los discípulos
pasaron hambre esa noche.
--Ya ni la chinga, jefe, digo, con todo respeto, --le murmuro
Pedro.
--No estén chingando porque no tragaron hoy. Mira a los
zopilotes. Siempre les cae carroña. Si no es un animalito muerto es
un descabezado que tiran en el monte. No os preocupéis. Dios
proveerá.
Esta es la palabra de Dioj
V. Jesús en el Reten de los Romanos
En el camino a Jerusalén Jesús y sus discípulos fueron detenidos
por un retén de romanos.
--¡De rodillas hijos de la chingada! –les ordenaron los
legionarios a punta de spata.
--¡Semos gente de paz! --gimió Jesús sintiendo como la
punta de la spata le amenazaba a abrirle el buche.
Como respuesta le dieron un putazo y escupió varios dientes.
Jesús no fue tan pendejo de poner la otra mejilla.
En eso se vio una cuadriga marca Hummer aproximarse.
Iba escoltada por legionarios a caballo y adentro se veía al jefe del Sanedrin,
Norberto Ben Maciel, conocido fariseo.
--Si se mueven les ensartamos las espadas –amenazaron los
legionarios.
Jesús y sus discípulos no tuvieron más remedio que intentar no
moverse mientras la cuadriga de Norberto paso levantando polvo. Los
legionarios hasta se le cuadraron al pasar la nave.
Ya que paso el prelado los legionarios dejaron que Jesús y sus
discípulos siguieran su camino, no sin haberles robado las pocas posesiones que
tenían.
Ya a una distancia del retén Jesús sentencio:
--En verdad os digo que es más fácil que una Hummer acorazada
pase por el ojo de una aguja a que uno de esos cabrones entre al cielo.
Esta es la palabra de Dioj.
VI. Jesús en el Mol del Templo
Llegó Jesús y sus discípulos a Jerusalén y, como judíos devotos,
lo primero que hicieron fue ir al templo.
Para su sorpresa tuvieron dificultades en entrar a un “mol” que
había sido construido frente al templo. Los cadeneros no los querían
pasar “por tener pinta de nacos”. Pero al fin lograron entrar.
--¿Por qué hay tanto mercader aquí? –Preguntó indignado
Jesús--. Venden puras porquerías traídas de oriente. Y no hay
ninguna tienda con nombre arameo. Con razón la industria nacional vale
verga.
--Oste dice jefe si les damos cuello –amenazo Pedro.
--Nel, los invitare a que ahuequen el ala. Esto es
intolerable.
Jesús se dirigió a uno de los comerciantes.
--¡Cometéis blasfemia al vender playeras de Michael Jackson en
el templo!
--Mira, pinche hippie, ¡semos del CCE y tenemos los permisos!
Otros mercaderes oyeron la discusión y se juntaron.
--¿Qué pedo trae ese cabrón?
--¡Ya nos mochamos con el municipio!
Jesús no se aguantó la ira y le dio una patada al tendajo,
esparciendo porquerías chinas y artículos piratas.
--¡Largaos de aquí cabrones! ¡Esta es la casa de Dios!
Se armó un desmadre. Los mercaderes trajeron a sus
esbirros. El líder de los locatarios alzo la alarma. No tardaron en
presentarse unos romanos que mando la delegación. Como, en efecto, los
mercaderes se habían mochado ya con el municipio se sentían protegidos y les
pusieron una putiza a Jesús y los discípulos.
Fue muy afortunado que a Jesús y sus discípulos solo los sacaran
a patadas de la ciudad y que no acabaran en las mazmorras.
Jesús tuvo que hacer milagros para curarles la hinchazón y
chichones a sus discípulos. Pedro le pregunto:
--¿Cómo es posible, maestro que esos cabrones abusen de esa
manera?
--Ni modo, Pedro, son “inversionistas” y hacen lo que se les
hincha. Dadle al CCE lo que es del CCE y a Dios…que te vaya bien.
Esta es la palabra de Dioj
VII. Jesús y las Drogas
Después de la última pachanga Jesús les dijo a sus discípulos:
--Si está escrito que me va a llevar la chingada pos más vale
ponernos pachecos, ¿no creen?
--Es buena idea, maestro –dijo Pedro.
--Bien, jálense para las narcotienditas y tráiganse lo que
encuentren. Yo aquí los espero en Getsemani.
Fueron llegando poco a poco los discípulos y tocando en el
portón del jardín.
--¿Quién es? –pregunto Jesús.
--Maestro, soy Pedro, traje mariguana.
Y así fueron regresando los discípulos.
--Maestro, soy Santiago, traje talquito sin cortar, del que se
zampa López Droguira.
--Maestro, soy Lucas, me vendieron jeringas y heroína.
Los discípulos estaban ya “viajando” cuando se oyó tocar en el
portón.
--¿Quién sois? –pregunto Jesús con voz ya estropajosa.
--Maestro, soy Judas.
--Pásale, Judas, ¿Qué traes cabrón?
--¡¡¡TRAIGO A LA PGR CABRONES!!!! ¡¡¡TODOS CONTRA LA
PARED!!!!
Esta es la palabra de Dioj
VIII. El Juicio
de Jesús
Jesús fue llevado ante el cesar romano.
--Jefe, --le murmuro Pedro--, despreocúpese, ese cabrón quesque
tiene las manos limpias y lo juzgara derecho.
Pero Jesús conocía bien la justicia terrenal y el corazón de los
hombres.
--¡Ay Pedro! En verdad os digo que antes de que salga el
noticiero te deslindaras de mi tres veces.
En efecto, el cesar se daba muchos baños de pureza aunque estaba
en evidente estado etílico.
--Sho, jic, soy muy celoso de la, jic, ley. ¿De qué se le
acusa a este cabrón?
El fiscal García Luna leyó:
--Este cabrón es comunista. Curo leprosos sin pedirles
dinero.
--¿Cómo? –pregunto indignado el cesar--. ¿No sabe, jic,
acaso este infeliz que los servicios médicos gratuitos son, jic, paternalismo
gubernamental?
--No solo eso. Creemos que es narco. Operaba un
laboratorio donde hacia vinos sin pagar los permisos.
--¿Hacia vino? --pregunto con interés el cesar--. A
la mejor, jic, no es tan mal tipo.
--¡Ni madres! ¡Es un subversivo y peligro para
Palestina!–lo acuso Norberto Ben Maciel, el jefe del sanedrín.
--Bueno, jic, yo tengo las manosh limpiash en, jic, eshto y me
las voy a volver a lavar. A ver, hoy es tradición que, jic, se libere a
un preso. Acabamosh, jic, de presentar al pozolero que llaman
la, jic, Foca. ¿A quién quieren que libere? ¿A la Foca o a Jesús?
A pesar de que los del Sanedrin habían traído sus
incondicionales el pueblo empezó a pedir que liberaran a Jesús.
--Jefe, --le dijo el fiscal García Luna al cesar pasándole un
celular--. Llama don Joaquín desde Guanacevi. Quesque quiere que la
Foca salga libre.
--Posh ya oyeron. El patroncito don Joaquín “El Chapo”
Guzmán ya voto. La Foca ha de ser, jic, su sicario. ¡Crucifiquen al
melenudo, jic!
Hubo indignación en la multitud. Pedían recuento de voto
por voto pero el cesar no los pelo y hasta los amenazo. Además, los
rumores corrían que no solo iban a crucificar a Jesús sino también a todos sus
seguidores. Fue entonces que Pedro fue entrevistado por el noticiero y se
deslindó tres veces de Jesús pues el miedo no anda en Foxes.
Esta es la palabra de Dioj.
Epilogo.
A Jesús lo crucificaron y lo fueron a aventar en una narco fosa
en el norte con un resto de indocumentados centroamericanos. De ahí no
salió ni a madres. En México el único que resucita es el PRI y eso es
porque ya ven como abundan los pendejos. Y Pedro y los discípulos, nada
pendejos, luego luego se sumaron al partidazo o al PRD Chucho (que es lo
mismo). Hicieron muchos méritos participando en mapacherias, acarreos, y
demás prácticas que antes habían denunciado cuando seguían a Jesús. Fue
así que Pedro y los discípulos agarraron hueso (Pedro hasta llego a ser
embajador en Hispania) y se hicieron celosísimos "defensores de las
instituciones". Murieron podridos de dinero y la narco fosa esa
nunca fue encontrada.
Consumatum Est
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