Desde hace unos años Andrés Manuel López Obrador propuso que los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sean elegidos por voto directo de la ciudadanía en vez de ser designados por el ejecutivo federal y ratificados por el Senado. Que porque -y es verdad- los ministros que ponen desde Los Pinos no imparten justicia y son parciales.
El martes 24 de febrero, el PT, por medio de Manuel Bartlett, insistió en la idea de que los ministros de la SCJN sean electos por voto directo.
Pero el concepto de la elección de jueces por voto directo tiene pros y contras que se deben considerar para establecer las reglas para jueces en una elección directa.
Para empezar, se debe tomar en cuenta que el trabajo de un juez es ser imparcial en la impartición de justicia. En el sistema actual de designación por el presidente los ministros de la SCJN no son imparciales y, de hecho, reciben línea de Los Pinos.
¿Se solucionaría eso con elección por voto directo? Probablemente no. Se debe asumir que el partido que tiene la mayoría en una elección también tendría la mayoría para sus propios jueces. Por consiguiente, los jueces pueden seguir siendo parciales al gobierno en turno inclusive si se les elige por voto directo.
Segundo problema: Sólo hay dos países en el mundo en donde se eligen a los jueces por voto popular: Estados Unidos y Bolivia. En Estados Unidos elegir jueces por voto directo es la causa de un fuerte problema de corrupción y abuso de poder por parte de los jueces por dos razones:
1. Los jueces tienen que quedar bien con los que les dan donativos para sus campañas, lo cual es lo OPUESTO de ser imparcial en la aplicación de la justicia.
2. Como los jueces en Estados se pueden reelegir, cuando es año electoral modifican sus sentencias para hacerlas más duras y así ganarse al electorado más reaccionario. En otras palabras, en año electoral los jueces se vuelven más reaccionarios para poder ser reelegidos.
¿No lo creen? Vean cómo lo mostró John Oliver en su programa Last Week Tonight:
http://youtu.be/poL7l-Uk3I8
Algo que se dice en ese video de John Oliver es que la razón por la cual se decidió elegir jueces en Estados Unidos desde principios del siglo 19 es para que tuvieran responsabilidad y respondieran a la ciudadanía.
El problema es que, 200 años después, el sistema ya no responde a la ciudadanía, sino a sólo un segmento del electorado.
Pero los jueces no deben responder a sólo un segmento del electorado, sino ser imparciales con TODO el país.
Aún así, me parece que sí se le debe quitar al presidente el poder para poner a los ministros de la SCJN.
¿Cómo conciliar entonces el problema de darle a la ciudadanía el poder de elegir a los ministros, pero al mismo tiempo impedir que los jueces y ministros sean parciales con la ley simplemente para ganar votos?
Sencillo. Poniendo las siguientes reglas:
1. Nadie puede ser candidato a juez o ministro si fue juez en los últimos 6 años. De esa forma se impide que los jueces estén tentados a ser parciales simplemente para ganar votos.
2. Ningún juez o ministro puede reelegirse jamás. Punto. Así se evita que estén tentados a sentenciar de manera parcial sólo para que los reelijan.
3. Los candidatos a jueces no podrán ser postulados por partidos políticos ni podrán tener nexos o historial de nexos con partidos políticos, empresas o funcionarios públicos. Se podrán postular sólo de manera independiente. De lo contrario, si el juez electo es el mismo partido que el partido que está en la presidencia, no hay diferencia entre eso y que el juez sea designado por el presidente como se hace ahora.
4. Alternativa: Los jueces o ministros sólo se podrán elegir durante elecciones intermedias, pero el partido en el poder, ni sus aliados electorales, podrán postular a candidatos a jueces y ministros para garantizar el balance de poder entre los poderes de la unión.
5. Los jueces o ministros podrán estar en el cargo sólo durante 6 años sin posibilidad de reelección y sin posibilidad de revocación del cargo. Esto para que el juez pueda ser imparcial en decisiones difíciles sin temor a ser removido del cargo si es imparcial.
Si se siguen esas reglas sencillas sí es viable que los jueces y ministros sean electos por voto popular.
De lo contrario, se corre el riesgo de caer en vicios mucho más graves que los que hay ahora en el sistema judicial mexicano.
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