Se derrumba nuevamente la farsa de Enrique Peña Nieto de encargarle a Virgilio Andrade que investigue si hubo conflictos de interés en los contratos a Higa.
De acuerdo con el propio Andrade, no investigará ni a Peña Nieto, ni Angélica Rivera, ni a Luis Videgaray, a pesar de que eso fue lo que dio a entender Peña Nieto el martes pasado. Lo único que investigaría serían los contratos con Grupo Higa.
Dos problemas con eso:
1. Peña Nieto va a alegar que él no otorga ni firma contratos. Pero sí le ordena a sus subalternos, como Gerardo Ruiz Esparza que les den trato preferencial. ESE es el conflicto de interés. No que firme o no firme contratos Peña Nieto, sino que ordene a otros hacerlo. A menos de que Peña quiera que creamos que sus subalternos en las secretarías de Estado se van por la libre y hacen lo que se les pega la gana sin su aprobación. No es el caso, desde luego. Es una mentira más de Peña Nieto.
2. Lo que se debe investigar no es sólo los contratos, sino las condiciones en las que se les vendieron las mansiones a Peña, Rivera y Videgaray. Porque resulta imposible de creer que Higa les haga "vendido" mansiones millonarias con descuentazos (más de 50% en el caso de Videgaray) a cambio de nada. Eso no ocurre ni en política ni en negocios.
La presentación de Andrade le salió muy mal a Peña Nieto. Ahora, dos días después, se confirma que es una farsa y termina peor de como empezó.
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