Seamos francos; A Jesús Murillo Karam lo quitaron de la PGR por inepto, no por otra cosa.
Prueba de eso es que, para que pueda seguir viviendo del erario -puesto que le sabe varias cosas a Peña Nieto de su campaña- ya no quisieron poner a Murillo Karam en ningún puesto nisiquiera remotamente relacionado con seguridad pública o procuración de justicia.
No; a Murillo Karam lo mandaron a pastar y a rascarse las pelotas tranquilamente en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, en donde no tendrá nada qué hacer más que cobrar cheques, firmar papeles, y si a caso planear la compra de votos de este año.
Su caída era más que esperada. El manejo del caso Ayotzinapa por parte de Murillo Karam le costó a Peña Nieto uno de sus peores hundimientos a nivel nacional e internacional.
Pero además Murillo Karam literalmente se negó a investigar a José Luis Abarca desde octubre de 2013, cuando le informaron en persona las acusaciones de homicidio en su contra, y de nuevo en 2014 cuando la fiscalía de Guerrero le pidió en repetidas ocaciones a la PGR que consignara a Abarca antes de la masacre de Iguala.
Hay más; Murillo Karam no investigó las acusaciones de compra de voto y fraude de Peña Nieto en 2012. Obvio; equivalía a investigarse a sí mismo.
Tampoco quiso investigar a Cuauhtémoc Gutiérrez a pesar de que claramente había evidencia suficiente para investigarlo a nivel federal por trata de personas.
No quiso investigar tampoco -vía la FEPADE- a Rosario Robles ni a Javier Duarte de Ochoa a pesar de que hasta grabaciones salieron en las cuales claramente se les incrimina en las artimañas del PRI para la compra de votos.
Y aunque usted no lo crea, no hay UN sólo político que haya sido enviado a prisión por escándalos de moches.
Ahí no acaba la cosa. Murillo Karam permitió además que Raúl Salinas quedara impune a pesar de que era obvio que incurrió en enriquecimiento inexplicable.
Y no olvidemos que Murillo Karam maniobró para que su nieto quedara impune a pesar de la golpiza que le puso a la hija del titular del CISEN.
Cereza en el pastel: Murillo Karam no ha hecho NADA para sancionar a la policía priista de Enrique Peña Nieto que ha reprimido manifestantes, ni se ha pronunciado por el hecho de que la PF mató a un maestro y violó a maestras en Guerrero.
Con todo ese historial -que no incluye varias trapacerías más- Murillo Karam lo que merece no es ir a rascarse las pelotas a la SEDATU. Lo que merece es ir a prisión por complicidad por omisión en la corrupción del PRI. Y junto con él debería ir Peña Nieto.
O por lo menos el mínimo desagravio que debería haber para el pueblo de México es que Murillo Karam POR LO MENOS deje de vivir del erario. Murillo no merece que le paguen su millonario sueldo los mexicanos a los que no ha hecho otra cosa más que agredirlo.
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