Contrario a lo que empezaron a rumorar los priistas, no fue Carlos Slim quien ordenó al New York Times investigar las propiedades del ex gobernador priista de Oaxaca José Murat, cuyo hijo el PRI pretende que sea candidato a la gubernatura.
De acuerdo con una entrevista con Carmen Aristegui para CNN, la periodista del NYT, Louise Story, reveló que la investigación no tenía nada que ver con México ni con Murat, sino con el alza de precios de bienes raíces en Estados Unidos.
La investigación, dijo, comenzó "buscando bienes raíces caros en Nueva York y en otras partes de Estados Unidos... las propiedades caras han estado subiendo mucho últimamente y es interesante ver quiénes son los compradores. Pero en realidad nadie lo sabe, porque es cada vez más común comprar condominios y casas a través de Holding, fideicomisis para que en muchos casos el nombre del comprador no aparezca, entonces nosotros decidimos investigar el Time Warner Center, en Nueva York y ver quiénes eran los propietarios desde que se abrió ese edificio hace 10 años", dijo Story de acuerdo con Aristegui Noticias.
La investigación no sólo encontró que la familia de José Murat tiene departamentos caros en Nueva York - uno de ellos a nombre de la esposa del hijo de Murat- sino que además encontraron un departamento a nombre de un amigo del primer ministro de Malasia, sobre el cual también hicieron nota.
El interés del NYT en la investigación era en otros factores:
1. El hecho de que cada vez son más los compradores extranjeros que compran departamentos caros en Nueva York.
2. El hecho de que cada vez se usan más los fideicomisos opacos para ocultar quién es el dueño del inmueble.
3. El hecho de que la industria inmobiliaria cabildeó con el Congreso de Estados Unidos para que no les aplicaran la Ley Patriot y así no verificar los antecedentes de los compradores.
Pero como los Murat aparecieron con un montón de propiedades, el NYT terminó destapando otra cloaca priista.
Slim, por su parte, no tiene poder sobre la línea editorial del periódico. Es el principal accionista individual del periódico, pero no puede influir en lo que el periódico publica o en lo que no.
Lo que pasa es que se está haciendo costumbre que cuando balconean las lujosas propiedades de algún priista, el PRI le quiera echar la culpa a alguien por el balconeo, como si eso justificara sus cochinadas.
Con la Casa Blanca de Peña Nieto, el PRI le pretendió echar la culpa a Marcelo Ebrard. Ahora, con el balconeo del New York Times a las propiedades del ex gobernador priista Jusé Murat, ya empezó a correr la versión de que Slim está detrás del balconeo cuando no es el caso.
Lo verdaderamente lamentable de todo esto es que el balconeo tiene un impacto político y posiblemente electoral, pero no tiene un impacto jurídico.
No porque no se pueda investigar y juzgar a los priistas a los que les encuentran propiedades lujosas e inexplicables, sino porque mientras el PRI y el PAN estén en el poder, los priistas y panistas balconeados siempre tendrán impunidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario