La CNTE está cometiendo errores serios de estrategia que debe corregir.
Ayer por la noche los maestros de la sección 22 lograron amarrar un acuerdo con el gobierno priista y con el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, para que se les cumpliera su demanda principal: el pago de unas quincenas y de unos aguinaldos del año pasado.
Técnicamente los maestros ya habían ganado este round contra el gobierno priista. Les cumplieron su demanda principal.
Teniendo amarrado ese triunfo, los maestros de la CNTE debieron haber levantado sus tiendas de campaña y regresado a Oaxaca.
Pero no; en vez de irse hicieron otra marcha sobre Reforma. ¿Para qué? Ya habían ganado. Si se hubieran regresado hubieran logrado una mejor imagen ante la opinión pública. Ya no los hubieran visto como rijosos, sino como trabajadores que exigen respeto a sus derechos y saben respetar a terceros cuando ya lograron sus objetivos.
Marchar hoy sobre Reforma ya no tenía sentido. Fue de plano un exceso y una pésima estrategia política, porque ahora la opinión pública seguirá pensando que son unos rijosos que hacen marchas sin necesidad.
Encima, dejaron un contingente en plantón en el Monumento a la Revolución a pesar de que ya habían amarrado que el gobierno les diera el dinero que pedían. De nuevo: ¿para qué? ¿Para presionar al gobierno? La verdadera presión la lograrían llegando en bola a Bucareli, no con un contingente de algunos maestros en el Monumento a la Revolución, la verdad.
Pero ese no fue el único error de estrategia de la CNTE. Empezaron mal tratando de hacer plantón en el Zócalo a sabiendas de que a quien perjudicarían no sería al gobierno federal, sino al DF.
En vez de pretender hacer plantón en el Zócalo -que no sirve para nada- debieron haber hecho plantón en un lugar con mayor peso político.
Sencillo como esto: si en vez de hacer plantón en el Zócalo o en Paseo de la Reforma la CNTE lo hubiera hecho en la Casa Blanca de Peña Nieto en Las Lomas no sólo hubiera sido más eficaz, sino que la mayoría de los mexicanos les hubieran aplaudido, ya que en vez importunar a muchos en Reforma o en el Zócalo, importunarían sólo a Peña Nieto y a sus vecinos ricachones que sí hubieran podido presionar para que Peña resolviera el asunto.
La CNTE debe tener más astucia y más inteligencia con sus estrategias políticas, ya que de lo contrario le dan armas a sus detractores, lo cual debilita a la CNTE.
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