El titular de la SEDENA, Salvador Cienfuegos, ahora tuvo la ocurrencia de decir que el ejército ha sido señalado en ocasiones sin agotar los cauces legales y sin pruebas serias para desprestigiarlo.
De acuerdo con Reforma, Cienfuegos declaró que "deben ser las autoridades judiciales competentes las que determinen las responsabilidades que conforme a derecho correspondan."
¿Cree Cienfuegos que somos pendejos?
Para empezar es un derecho constitucional de todos los mexicanos criticar al gobierno -del cual forma parte el ejército- si considera que el ejército está actuando mal.
Si la agencia AP muestra testimonios de sobrevivientes de la masacre de Tlatlaya señalando al ejército por haber ejecutado personas a sangre fría, desde luego que tiene derecho la opinión pública a acusar al ejército de asesino.
Y si existe evidencia en base a testimonios de que el ejército se negó a ayudar a las víctimas de la masacre de Iguala, y de que liberó a policías de Cocula que operaban para los Guerreros Unidos, desde luego que la opinión pública tiene no sólo el derecho a acusar al ejército de estar coludido con delincuentes, sino que además debe someterse a ser investigado.
Pero según Cienfuegos, al ejército lo acusan sin agotar los cauces legales ¡para desprestigiarlo!
Insisto: ¿cree Cienfuegos que somos pendejos?
Ahora bien; si de verdad Cienfuegos se quiere apegar a los cauces legales, ¿por qué se niega la Sedena a que se investiguen los cuarteles militares de Guerrero para determinar si estuvieron involucrados o no en la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa?
¿O por qué insistió tanto en negar que el ejército ejecutó a las víctimas de Tlatlaya cuando claramente sí lo hicieron?
En el colmo del cinismo, Cienfuegos dijo:
"Es necesario reflexionar que los obstáculos que se oponen al progreso de México son responsabilidad de todos, responsabilidad que cada quien debe asumir, tanto de sus actos como de sus dichos."
Mira nomás. Ahora los problemas del país son culpa de todos según Cienfuegos.
Pues no fiumos nosotros los que llegaron al lugar de la masacre de Iguala horas después de ocurrido y luego nos negamos a ayudar a las víctimas.
No fuimos nosotros los que disparamos en Tlatlaya.
Ni somos nosotros los que solapamos al fraude electoral de Felipe Calderón ni al de Enrique Peña Nieto.
No. Todo eso lo hizo el ejército. Y el ejército es el que no quiere hacerse responsable de sus actos.
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