El doctor Alberto Sladogna reproduce el día de hoy un artículo en el cual su autora, Marie De Santis, del Women's Justice Center, alaba al modelo Sueco de combate al sexoservicio, en el cual el que delinque no es quien vende sexo, sino quien lo compra.
De Santis se pregunta por qué nadie ha copiado ese esquema, siendo que supuestamente logró disminuir el sexoservicio en las calles.
La respuesta es sencilla: Porque ese modelo no fuciona. Y tenemos las evidencias para respaldar lo que decimos. Mire usted:
Antes que nada cito del artículo de De Santis:
En las calles de la ciudad capital, Estocolmo, la cantidad de prostitutas ha sido reducida en dos tercios y la de clientes en un 80 por ciento. En otras grandes ciudades suecas, el comercio sexual en las calles casi ha desaparecido. Y en buena medida también ha ocurrido esto con los famosos burdeles y salas de masaje que proliferaron en el país en las últimas tres décadas del siglo 20, cuando la prostitución era legal.
Lo que dice De Santis es que el hecho de que el sexoservicio ya no es visible en las calles y en los burdeles entonces la prohibición es un éxito.
Pero eso sólo significa que el sexoservicio sólo se redujo en apariencia, ya que De Santis no presenta un sólo dato que muestre que la práctica del sexoservicio desapareció como actividad en cualquier parte de Suecia.
Digo esto porque en la práctica el criminalizar el sexoservicio lo convierte en una actividad clandestina; no lo desaparece.
En Estados Unidos, por ejemplo, donde el sexoservicio es ilegal tanto para quien lo compra como para quien lo ofrece -con la excepción de las ciudades con menos población de Nevada- casi no se ven sexoservidoras y sexoservidores en la calle. Bajo los parámetros de De Santis, entonces la prohibición en Estados Unidos es un gran éxito.
Pero si entra usted a diversos anuncios clasificados y páginas especializadas en sexoservicio de Estados Unidos en internet se va a encontrar con miles de anuncios de servicios sexuales.
Es decir, el sexoservicio en Estados Unidos es una actividad clandestina que jamás ha sido erradicada.
¿Pasa lo mismo en Suecia? Sí. Sí pasa lo mismo. Y no se redujo el tráfico de personas, además.
Evidencia: En 2011, el sitio Feminist Ire (Ira Feminista) analizó un reporte del sexoservicio que ordenó el gobierno sueco, mostrando los cambios en las cifras entre 2008 y 2010, para demostrar el "éxito" de su prohibición a la compra de sexo -la cual entró en vigor en 1999- tan sólo para encontrarse con los siguientes datos:
1. Ocurrió un "incremento dramático" en la cantidad de mujeres rumanas vendidas para explotación sexual en Suecia.
2. Entre 2008 y 2010, dice el reporte, el lenocinio aumentó 136%; la trata de personas para fines sexuales aumentó 106%; La trata de persona para cualquier fin aumentó 563%; La compra de servicios sexuales aumentó 569% y la compra de servicios sexuales por menores de edad aumentó 402%.
Eso no es exactamente un éxito. Lo único que indica es que la prohibición al sexoservicio lo convirtió en una actividad clandestina, que es exactamente lo que requiere el tráfico de personas para poder ser lucrativo.
Feminist Ire, por cierto, advierte que los datos del reporte de Suecia se basan en casos reportados. No hay números de los casos de compra de sexo o de trata de personas con fines sexuales que no son detectados por la policía. Y como se basa en casos reportados, no necesariamente podría indicar un aumento en la prostitución, sino un aumento en los arrestos que hizo la policía.
Sin embargo, el hecho de que haya un incremento tan grande en los arrestos por sexoservicio a 11 años de la prohibición indica que la prohibición no eliminó al sexoservicio, sino que ahora lo llevó a la clandestinidad, facilitando de esa forma la trata si consideramos el aumento en la trata de mujeres rumanas, por ejemplo.
Ni sexoservicio ni la trata se van a eliminar prohibiéndo el sexoservicio. Sólo legalizando y regulando el sexoservicio la trata de personas con fines sexuales no podrá tener un mercado.
Lamentablemente, para muchos gobiernos el legalizar y regular el sexoservicio no es políticamente lucrativo. Pero por proteger el lucro político, los gobiernos que se niegan a la legalización y regularización generan condiciones injustas e inhumanas para quienes deciden dedicarse al trabajo sexual.
PD: Suecia no es el único país que prohibe la compra de sexo. También la prohibían Noruega e Islandia, pero nadie habla de grandes éxitos en el sexoservicio en esos otros dos países. Tal vez porque no los hay. El sitio The Conversation, por ejemplo, publicó en 2013 que en Noruega la policía ha terminado usando los operativos contra los clientes del sexoservicio para otros fines autoritarios. Dice: "El aumento en el control de la policía noruega ejerce en los mercados de prostitución para identificar a los clientes incluye revisión de documentos de mujeres involucradas en prostitución para encontrar migrantes ilegales entre ellas. Operativos realizados en nombre del rescate a menudo terminan con depertaciones de mujeres vulnerables que no tienen permisos de residencia." Eso, me temo, no es un éxito, sino un abuso.
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