La semana pasada la OCDE y el gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto firmaron un acuerdo para el fomento de la integridad y la transparencia en la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México en Texcoco. Que para sea más difícil incurrir en abusos.
Es decir, no van a impedir que haya fraudes y corruptelas en el aeropuerto, sino solamente buscar evitar que los haya.
El lunes pasado, 3 días después de la firma del acuerdo, de acuerdo con Notimex, la Secretaría de la Función Pública declaró que garantizará que los recursos destinados al aeropuerto se ejerzan con transparencia.
Pero eso de la "transparencia" para el nuevo aeropuerto en realidad es una trampa del gobierno priista de Enrique Peña Nieto.
Es una trampa porque el que se sepa cuánto se pagó si las empresas que participan son de cuates de Peña Nieto no es transparencia; es cinismo.
Lo digo porque en octubre pasado CNN dio a conocer que una de las empresas que busca participar en la construcción del nuevo aeropuerto es Teya, mismo nombre de la empresa de Grupo Higa que iba a construir el tren de Querétaro.
¿Es transparencia que se sepa cuántos millones de pesos se le dan, si participara, a la empresa que hizo la casa de Las Lomas de Peña Nieto y la de Malinalco de Luis Viedegaray? Claro que no. Es escupirle en la cara a los mexicanos y reirse a carcajadas.
Así que eso de la transparencia no me lo creo para ningún proyecto federal a menos mientras las empresas que participen sean de amigos de Peña Nieto o de parientes de Carlos Salinas de Gortari.
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