El viernes pasado dimos a conocer que la Asamblea Legislativa del DF aprobó una bomba de tiempo para el GDF y para el PRD que les va a estallar en 2018, y que tiene que ver con las modificaciones a la ley condominal que propuso la perredista Dione Aguiano, ex titular de la Procuraduría Social y esposa del actual titular de la dependencia.
La modificación es una auténtica bomba de tiempo, puesto que causará miles -si no es que millones- de quejas de vecinos que viven en condominios, ya se activa exactamente en un lapso de 3 años, justo cuando inician las elecciones para renovar la Jefatura del DF, las delegaciones y la ALDF.... y además se elige presidente.
Anguiano propuso en la ALDF -y logró que se aprobara- una modificación al artículo 42 de la ley condominal que le pone un límite de tres años a todos los administradores profesionales del DF para administrar un condominio.
Esto quiere decir que por ley, cada tres años todos los condominios del DF tendrían que estar buscando nuevos administrador porque legalmente ya no pueden tener al mismo administrador.
¿Por qué? Quién sabe. Anguiano no dio una explicación del por qué del límite.
Este cambio forzado de administración condominal va a causar un auténtico caos en miles de condominios en la Ciudad de México, ya que ni hay suficientes administradores profesionales registrados para estarlos cambiando de condominio (algunos administran varios condominios, además) ni encontrar un nuevo administrador es un proceso sencillo.
Encontrar un nuevo administrador implica estar haciendo entrevistas a nuevos administradores para decidir cuál se queda, proceso que puede llevar meses.
Una vez contratado el administrador se tiene que hacer la entrega-recepción del condominio y abrir una nueva cuenta bancaria para los depósitos de mantenimiento; informar a los condóminos del cambio y empezar a hacer correcciones en caso de que depositen a la cuenta anterior.
Todo el caos puede durar de dos a tres o cuatro meses, mismos en los cuales el condominio está varado.
Originalmente la ley condominal decía que los administradores condóminos sólo podían reelegirse dos veces. Pero había una razón para eso. Un administrador condómino es uno de los vecinos del condominio que toma la responsabilidad de administrarlo. El límite de 3 años era para todos los vecinos que fueran dueños de un condominio tuvieran oportunidad de administrar ya que, al ser dueños, están en su derecho.
Los administradores profesionales no tenían ese límite de 3 años simplemente porque no ejercen un derecho como condóminos, sino que se les contrata como prestadores de servicios profesionales.
El administrador profesional, por lo tanto, simplemente desempeña un trabajo para el condominio bajo contrato. La relación del administrador profesional con el condominio es la de un trabajador independiente por contrato.
Siendo el caso, no tiene ningún sentido ponerle una limitante de tiempo al administrador profesional, ya que sería tan absurdo como decirle al gobierno que no pueden contratar a los mismos medios más de 3 años consecutivos para difusión de publicidad.
O tan absurdo como decirle a los trabajadores que no pueden laborar más de 3 años para la misma empresa.
Al no tener sentido lo que propuso Anguiano -y logró que se aprobara- la única posibilidad en la que uno puede pensar es que Anguiano lo hizo para tratar de presumir con los condominios que ahora los vecinos tenían las mismas condiciones que los administradores profesionales.
Pero los vecinos no son lo mismo que los administradores profesionales ni están en condiciones iguales. El vecino condómino ejerce un derecho de representación como administrador. El administrador cumple con un contrato laboral.
Lo dijimos en la columna anterior pero lo tenemos que reiterar: la limitante que le puso Anguiano a los administradores profesionales es violatoria del artículo 123 constitucional, el cual garantiza el derecho al empleo. Al prohibirle a un administrador profesional el poder trabajar en el mismo edificio más de 3 años, se está violando ese derecho, con lo cual un montón de administradores podrán interponer amparos, lo cual será pésima publicidad para Anguiano, para la ALDF por haber aprobado esa modificación a la ley, y para el GDF por haberla promulgado.
Y quien saldrá más raspada será Prosoc, ya que todos le preguntarán a su titular, Alfredo Hernández Raigosa, cómo fue posible que permitiera que se aprobara la limitante a los administradores profesionales siendo que pudo haber convencido a su esposa, Dione Anguiano, de que no lo hiciera por ser una babaridad.
Esperemos de verdad que la ALDF elimine esa limitante para los administradores profesionales antes de que el escándalo sea más grande. Y si no lo hacen, esperemos que los nuevos diputados sí lo hagan, ya que, como dije, esa modificación a la ley causará caos, molestia y repudio al GDF y a la ALDF entre miles, si no es que millones de capitalinos justo en año electoral.
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