Luego de que lo removieran del cargo por su pésimo desempeño como gobernador de facto de Michoacán, Alfredo Castillo tuvo el descaro y el cinismo de decir que se va dejando un Michoacán distinto al que recibió hace un año.
"Me voy con un Michoacán diferente al que recibimos, me voy con un michoacán diferente al que había hace más de un año o una década," dijo.
Y en efecto Michoacán es diferente porque ahora está peor.
Las balaceras en Michoacán continúan. Ayer, por ejemplplo, de acuerdo con Reforma, murieron dos militares y dos más resultaron heridos en una emboscada en el municipio de Ecuanduro.
La emboscada ocurrió cuando los militares realizaban un operativo contra la ordeña a ductos de Pemex. Eso quiere decir que con Alfredo Castillo en Michoacán el narco epandió y diversificó sus operaciones.
La Tuta sigue libre. Los Caballeros ahora fueron reemplazados por otro grupo criminal con otro nombre; Los Viagras. El narco, en pocas palabras, sigue igual si no es que peor.
Y los únicos que de verdad combatían al narco hace un año, que eran los autodefensas de Michoacán, ahora están en prisión por capricho de Peña Nieto y de Castillo.
Con lo cual el narco nuevamente se sintió lo suficientemente envalentonado para seguir operando como si nada y para matar hasta a un sacerdote.
Así que sí, Castillo deja a un Michoacán distinto. Pero es distinto porque ahora está peor. Si no estuviera peor, no lo hubieran quitado del cargo.
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