Vi la película The Interview, censurada en casi todo Estados Unidos por las amenazas de Corea del Norte contra los cines que la exhiban.
Tal y como me lo esperaba, la película no pasa de ser una comedia chafona de Seth Rogen dos rayitas más chistosa que su versión de El Avispón Verde. Ni es una gran parodia política, ni ameritaba que Corea del Norte hiciera el panchazo que hizo al respecto. Mucho menos que Sony decidiera censurarla por miedo a Kim Jong-Un.
Sin embargo, debo decir que la película tiene un punto interesante del que nadie se dio cuenta y nadie mencionó ni en las reseñas ni en las notas de prensa sobre su censura: Señala que Estados Unidos no puede seguir haciendo lo mismo que ha estado haciendo desde hace años, matando "enemigos" a lo pendejo.
"¡¿¿GUAT??! ¡Pero si la censuraron porque matan a Kim Jong-Un!" dirán los lectores.
Sí, pero ustedes no han visto la película y yo sí, así que no estén chingando antes de que termine de platicarles.
Prosigo.
En efecto, la película trata sobre dos productores de un programa de chismes del espectáculo que son contratados por la CIA para asesinar a Kim Jong-Un y las estupideces que cometen que terminan echando a perder el plan de la CIA.
Pero la película menciona dos veces que es un error de Estados Unidos estar tratando de matar enemigos, ya que son fácilmente reemplazables. Matar a Kim Jong-Un no sirve de nada, señalan, porque igual lo pueden reemplazar con otro igual o peor.
La manera de quitar a un mal gobierno, señala la película, es mostrando a la gente que ese gobierno es una farsa. Sólo así la gente estará dispuesta a quitar a ese gobierno y a impedir que otro igual llegue al poder.
Creo que eso fue lo que realmente le molestó a Corea del Norte. No la escena en la cual, en efecto, matan a Kim Jong-Un -la cual fue prácticamente caricaturizada y con efectos especiales-, sino el hecho de que durante media película se la pasan mostrando a Kim Jong-Un como un junior despilfarrador, lleno de defectos, rencores y caprichos.
Esas escenas en las cuales Kim Jong-Un es una especie de Enrique Peña Nieto y Niño Verde en el mismo paquete son las que de verdad le deben haber molestado a Corea del Norte; el mostrar a su dictador totalitario como un mirrey que no debería estar en el poder.
De ninguna manera puedo decir que The Interview es una excelente comedia política con temas internacionales. No, hombre, ¡qué chingados! Es una película idiota de Seth Rogen que varias veces hace que uno diga "momento, ¿y nomás porque sí Rogen y James Franco aceptaron la petición de la CIA de matar a Kim Jong Un? ¿Y neta así de culero actúa James Franco luego de haber sido nominado al Óscar dos veces?"
Es una película chistosona, con algunos chistes que sí hacen reir, pero nada más.
Y de no ser porque Corea del Norte obligó a Hollywood a que la censuraran, dudo que muchos la hubieran visto.
Sin embargo, sí es verdad que mucha gente que cree que la única manera de lidiar con Corea del Norte es la violencia -particularmente los que tienden a votar por los Republicanos- tal vez se de cuenta al ver esta película de que el armamentismo no es la solución, sino que hay que ser más inteligentes para derrotar a un mal gobierno.
¿Qué tiene que ver esto con México? Que creo que hay una situación paralela en México. Los gobiernos del PRIAN han sido nefatos. Y el de Enrique Peña Nieto está demostrando ser el más nefasto de todo. Pero la vía de la violencia no lo va a tirar del poder. Lo que lo está tambaleando es mostrar las verdades que lo pintan a Peña y al PRI como lo que son: corruptos, imbéciles y asesinos.
Ninguna bomba molotov logró tambalear a Peña Nieto, pero mostrar la Casa Blanca sí.
Tal vez la izquierda en México le pueda aprender a The Interview que si quieren tirar a un mal gobierno, la solución no está en los chingadazos ni en vez quién grita más fuerte, sino en ser más inteligentes para poner en evidencia al PRIAN y lograr convencer a los demás de que si el PRIAN sigue en el poder, al país se lo va a cargar el payaso.
Calificación para The Interview: 7.
PD: En efecto matan al final a Kim Jong-Un, pero más como efecto cómico que como asesinato político.
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