De acuerdo con el senador Miguel Barbosa, fue el PAN el que sacó a sus senadores de la Cámara Alta para impedir que se votara la reforma política del DF que le daría atonomía a la Ciudad de México y su propia constitución.
¿Por qué hizo eso el PAN? Pues por transas.
Mire usted:
Con la reforma política del DF las delegaciones políticas se convertirían en municipios y el presupuesto de cada delegación tendría que ser avalado por concejales que serían electos por la ciudadanía.
Eso quiere decir que si por algún milagro el PAN conservara la delegación Benito Juárez, el PAN ya no podría mangonear su presupuesto y tendría que someterlo a la autorización de concejales.
Para el PAN esto sería un golpazo a sus cochinadas en la delegación, ya que no hay claridad sobre cómo han estado gastando el dinero de la delegación y probablemente no le aceptarían varios de los gastos supérfluos que ha hecho, como los cargos con mega-sueldazos para los cuates de parranda de Jorge Romero.
Por otro lado, ¿qué pasaría si los concejales resultan ser del PRD? Pues que entonces el gasto del PAN en Benito Juárez estaría de verdad vigilado y no podrían estar haciendo lo que se les venga en gana.
OJO: Lo mismo aplicaría para el resto de las delegaciones, pero al PAN lo que le dolería es que le quitaran la caja chica que representa el gasto delegacional suponiendo que, reitero, por algún milagro llegara a retener la Benito Juárez.
Eso es lo que de verdad le molesta al PAN; el que los vigilen para que no puedan robar.
Eso sí; al PAN no le molesta que inclusive con la reforma política del DF sea la Cámara de Diputados la que siga determinando el techo de endeudamiento del DF en vez de que lo defina el congreso local como pasa en el resto de los estados.
Transas y rateros que son los panistas, pues.
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