El jueves pasado el PRI en el congreso de Veracruz -o sea la mayoría de los diputados locales, todos serviles al gobernador priista Javier Duarte de Ochoa- aprobó que el siguiente gobernador de Veracruz sólo dure dos años en el cago para poder hacer elecciones otra vez en 2018 y así homologar las elecciones de ese estado con las federales.
Pero eso es una farsa de Javier Duarte. Mire usted por qué:
Ni a Javier Duarte ni al PRI le interesaba homologar las elecciones estatales con las federales. Si de verdad les interesara eso, hubieran aprobado en 2010 que Duarte sólo durara en el cargo 2 años para que se hicieran elecciones de nuevo en 2018.
En realidad lo que busca el PRI al aprobar que el siguiente gobernador sólo dure dos años en el cargo son dos cosas:
1. Ante la fuerte posibilidad de que la oposición gane la gubernatura de Veracruz en 2016 por la pésima administración de Duarte, si el PAN y el PRD hacen alianza, entonces el gobernador opositor sólo duraría dos años en el poder, no tendría tiempo de hacer gran cosa en el cargo, y por ende sería complicado que pudiera repetir en el cargo.
2. Poder usar todo el dinero que despilfarra el PRI en Veracruz para comprar votos no sólo para la campaña estatal, sino para la presidencial, ante la inminente caída del PRI por la desastroza administración de Enrique Peña Nieto.
La oposición va a tener que tener entonces dos planes para 2016 en Veracruz. Uno para ganar las elecciones estatales y otro para ganarlas de nuevo en 2012. De lo contrario, el PRI seguirá usando el dinero del erario para comprar votos y seguirá usando a Veracruz como una de sus principales fuentes de saqueo en el país.
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