viernes, 7 de noviembre de 2014

Y ahora Peña Nieto también quiere destruir a las aerolíneas mexicanas

Por Victor Hernández

No contento con entregarle el petróleo a trasnacionales, el ex candidato presidencial priista Enrique Peña Nieto ahora pretende destruir a las aerolíneas mexicanas dándole facilidades a las aerolíneas extranjeras para hacerlo.

Y es que de acuerdo con El Universal, el martes pasado pilotos, sobrecargos, y trabajadores de tierra de aerolíneas mexicanas protestaron en la terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para exigir que el gobierno federal priista posponga la política de "cielos abiertos", con la cual se le permitiría a las aerolíneas extranjeras operar vuelos domésticos.

Los trabajaroes de las aerolíneas mexicanas señalaron que no hay condiciones equitativas para competir con las aerolíneas de Estados Unidos, ya que México sólo tiene 318 aviones comerciales contra 7 mil de Estados Unidos.

Los trabajadores de aerolíneas mexicanas exigen a la subsecretaria de transporte, Yuridia Mascott, que se detengan las negociaciones entre México y Estados Unidos para definir la política de "cielos abiertos" hasta que se garantice competencia en igualdad de condiciones y se otorgue inmunidad antimonopolio a las aerolíneas que lo soliciten, y con lo cual las aerolíneas mexicanas podrían aliarse con las de Estados Unidos y Europa para vuelos internacionales.

¿Qué quiere decir esto? Que si Peña Nieto insiste en su política de "cielos abiertos", las aerolíneas mexicanas, incluyendo las de bajo costo, eventualmente desaparecerían, dejando que las aerolíneas de Estados Unidos, que son caras y con pésimo servicio, sean el estándard en México.

Y con lo cual, a los mexicanos no sólo les saldría más caro viajar, sino que inhibiría el turismo nacional.

Con lo cual tenemos que Peña Nieto no sólo aumentó de manera arbitraria las tarifas de avión para pagar el inútil aeropuerto de Texcoco, sino que ese aeropuerto, de seguir con la política de "cielos abiertos", será para uso exclusivo de aerolíneas extranjeras que no pagaron nada por ese aeropuerto.

El que pierde, desde luego, es el viajero mexicano. Y todo por la necedad de Peña Nieto de entregarle a privados y extranjeros las principales industrias del país.

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