Según la PGR, los 43 normalistas fueron calcinados en un basurero de Cocula, Guerrero. Los lambiscones del PRI en los medios, como Ciro Gómez Leyva, alegan que esa versión es "totalmente convincente", pero los familiares de los normalistas no le creyeron y lo ven como una manera de darle carpetazo al asunto.
Por lo cual me puse a investigar qué tan posible sería realmente que se pudieran cremar cadáveres en un basurero. Esto fue lo que encontré:
1. Para cremar un sólo cadáver se requiere como mínimo de una temperatura de entre 760 a 1150 grados centígrados. Repito, esto es sólo con el cuerpo. Fuente: Wikipedia.
2. Con esa temperatura el cadáver queda completamente cremado entre 2 horas y dos horas y media. Fuente: Asociación Nacional de Directores Funerarios de Estados Unidos.
3. De acuerdo con la PGR, los cuerpos fueron quemados con basura y llantas durante 14 horas. De acuerdo con el diario La Prensa de Perú, un incencidio de una fábrica de llantas en ese país generó una temperatura de más de mil grados centígrados y los bomberos tardaron días en apagarlo.
De esto podemos concluir lo siguiente:
1. Sí es posible cremar a un cuerpo en un basurero si se usan llantas para generar fuego durante horas a alta temperatura.
2. También es posible que sólo hayan quedado algunos fragmentos de huesos, ya que eso también ocurre en un crematorio profesional.
3. Lo que no es tan factible es que el fuego de un incendio de llantas se haya apagado por completo en 14 horas, pero vamos a darle el beneficio de la duda a esa versión.
Aún con todo eso, la versión de Jesús Murillo Karam de que los 43 normalistas fueron cremados en ese basurero no es creible.
No porque no sea técnicamente factible cremarlos, sino porque esa versión contradice al testimonio que dio el líder de los Guerreros Unidos a la PGR.
Y es que el 29 de octubre de 2014, el diario Reforma publicó el testimonio de Sidronio Casarrubias, líder de Guerreros Unidos en el cual afirmó que sólo cremaron a 17 normalistas, no a las 43, y que esparcieron sus cenizas en el río Cocula.
La nota de Reforma cita a la causa 100/2014 del Juzgado Primero de Distrtito de Matamoros, en la cual Casarrubias alega que 17 sicarios de Los Rojos iban infiltrados con los normalistas -lo cual no fue cierto- y que "los 17 sicarios fueron asesinados y calcinados y sus cenizas tiradas en un río aparentemente en Cocula."
Que eso le informó a Casarrubias uno de sus lugartenientes conocido como El Gil. Dijo Casarrubias textal:
"El Gil me dice que de los 17 ROjos ya se habían ido al agua, o sea que ya los quemaron y que las cenizas las tiraron al agua, yo me imagino que es el Río Cocula."
La declaración es demasiado precisa. Si se supone que sólo 17 fueron identificados como supuestos "Rojos" -aunque no eran- ¿cómo le hicieron los Guerreros Unidos para saber que se estaban llevando al río las cenizas de sólo 17 de 43 incinerados?
El testimonio de Casarrubias, por lo tanto, sugiere que sólo se cremaron a 17 cuerpos. De hecho, los familiares de los normalistas de Ayotzinapa declararon luego de que se diera a conocer esa información que la PGR estaba tratando de acompletar los 26 cuerpos restantes con cuerpos en fosas clandestinas.
Y por si fuera poco, una narcomanta firmada por El Gil afirmó que los normalistas estaban vivos.
Lo que esto sugiere es muy grave. Sugiere que se cambió el testimonio de los detenidos para alegar que en vez de 17, se calcinó a los 43 normalistas.
Si fue el caso, entonces es el propio gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto el que no quiere que sean encontrados los normalistas y está dando una versión súmamente cuestionable sobre el fin que tuvieron los normalistas para ya no seguir buscando ni indagando.
Y si fuera el caso, la pregunta sería ¿por qué?
De nuevo, si fuera el caso, entonces sólo habría una explicación al respecto: para no tocar al ejército, ya que el ejército fue omiso y además tiene acusaciones de los Guerreros Unidos de estar coludido con ellos.
Con lo que no contaba el gobierno priista es que su intento de carpetazo falló, y las protestas por Ayotzinapa continúan tanto en México como en el exterior.
Por una sencilla razón: porque lo que Ayotzinapa lo que está dejando claro es que el Estado está coludido con el narco, y ya no le puede garantizar la seguridad a nadie nisiquiera por medio del ejército.
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