El martes pasado el diario The New York Times dedicó su principal columna editorial , firmada por el consejo editorial del diario, con una severa crítica al ex candidato presidencial priista, Enrique Peña Nieto, por el caso Ayotzinapa.
El diario señala que los miles de manifestantes que han bloqueado el aeropuerto de Acapulco y tomado las calles en la Ciudad de México, están "entendiblemente indignados con el gobierno (de Peña Nieto) que ha fracasado en proveer seguridad, respeto al Estado de Derecho, juzgar a criminales, y dar justicia a las familias de la víctimas."
No sólo eso. El diario recrimina a Peña Nieto porque, dice el NYT, "cuando pandilleros, fuerzas de seguridad y otros matan, ellos saben que hay una buena probablidad de que se pueden salir con la suya."
Tras hacer un recuento de la masacre de Iguala y de la desaparición de los normalistas, el diario denuncia que "trágicamente, esta es meramente el ejemplo más reciente del rompimiento de la ley y el orden", para luego citar el caso Tlatlaya y reproducir las declaraciones de Human Rights Watch en el sentido de que ambos casos, Tlatlaya e Iguala, son "las peores atrocidades que hemos visto en México en años."
El editorial remata con este párrafo:
"Hace dos años, cuando llegó al poder, Enrique Peña Nieto se comprometió a revisar el código penal, dar más atención a las víctimas del crimen y enfocarse en el crecimiento económico de México como una forma de reducir la violencia del narco. El limitado progreso que se ha hecho aún no ha reparado un sistema de justicia criminal que no puede investigar adecuadamente crímienes, terminar con la corrupción o frenar las matanzas."
La queja del New York Times es muy grave. Muestra el nivel de indignación a nivel mundoal que existe por el caso Ayotzinapa.
Vamos, hasta en el Vaticano el Papa Francisco ya se pronunció sobre Ayotzinapa. De manera tibia y sin comprometerse, pero mencionó específicamente el caso, mostrando el nivel de atención internacional que ha adquirido la desaparición de los 43 normalistas.
De acuerdo con AP, Francisco declaró que "Quiero de alguna manera expresar a los mexicanos aquí presentes y a los que están en la patria, mi cercanía en este momento doloroso de la desaparición, pero sabemos, asesinatos, de los estudiantes. Se hace visible la realidad dramática de toda la criminalidad que existe detrás del comercio y tráfico de drogas."
Muy entre líneas, pero la realidad a la que se refiere Jorge Bergoglio es la complicidad del Estado con el narco.
Ahora la pregunta es: ¿cómo le van a hacer los chayoteros de Enrique Peña Nieto para defenderlo de El New York Times?
¿Creerán miserias de la prensa que se desviven lustrando el calzado de Peña Nieto, de Luis Videgaray y de Murillo Karam que tienen más autoridad moral, más prestigio, y más reconocimiento internacional que uno de los diarios más importantes del mundo como para ponerse a defender a Peña Nieto?
No hay manera de defender a Peña Nieto luego de Ayotzinapa y la mansión de Las Lomas. Si los medios fueran honestos, estarían exigiendo la renuncia de Peña Nieto antes del primero de diciembre para realizar una nueva elección en 2015.
Pero como lo que quieren los medios priistas es contratos de publicidad, pues los medios defienden a Peña Nieto cuando es indefendible. O en el mejor de los casos, callan sobre las verdades incómodas que en el resto del mundo, y en diarios internacionales de prestigio como el New York Times, sí señalan.
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