Un par de horas después de que muriera Chespirito Televisa suspendió su programación para poner un montón de programas especiales sobre el comediante.
Se corrió la versión, además, de que Televisa haría un homenaje de cuerpo presente en el Estadio Azteca. Horas más tarde se confirmó: le harán un homenaje y misa en el Estadio Azteca el domingo a las 10:00 AM como si se tratara de algún jefe de Estado. A cuenta de Televisa, desde luego.
Lo cual empezó a emanar el feo tufo de que Televisa buscaba usar a la muerte de Chespirito para tratar de desviar la atención del caso Ayotzinapa.
Vamos, en 1992, cuando murió Cantinflas, que era un comediante de mucho más reconocimiento internacional, nunca hubo un show como el que Televisa parecía estar haciendo por la muerte de Chespirito.
No minimizo el hecho de que Chespirito tuvo dos muy entretenidos programas de televisión en los 70s; El Chapulín Colorado y El Chavo del Ocho.
Tampoco minimizo el hecho de que Chespirito se convirtió en ícono pop de México y de América Latina.
Pero también lo era Cantinflas y no hubo tanto show.
El nivel de show que hizo Televisa, exagerado por donde se le quisiera ver, genera la sospecha de que lo que se buscaba en realidad era que la gente dejara de enfocarse en la exigencia de justicia por los 43 de Ayotzinapa y de renuncia de Peña Nieto.
Ahora bien, que no desaproveche la gente el homenaje en el Estadio Azteca y que despliegue unas mantas y exija justicia por Ayotzinapa.
Digo, para que a la gente no se le olvide que si bien es lamentable la muerte de Chespirito, más lamentable es la desaparición de 43 normalistas por culpa del Estado.
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