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lunes, 20 de octubre de 2014

SI al público NO a los políticos por @sladogna

El atentado del Estado perpetrado en Ayotzinapa afectó la vida de cada uno de los cuarenta y tres estudiantes que siguen sin aparecer, eso  nos ha afecta,  toca a nuestros cuerpos  poniendo en marcha multiplicidad de respuestas con una característica: nadie las esperaba, nadie las organizó, sin esperarlas, sin organizarlas se extendieron y se extienden sin solicitar permisos a las fronteras entre los estados y entre los países. Esa movilización pública no pertenece al terreno corruptible de los partidos y movimientos políticos desde la A hasta Z incluyendo la M de Morena y de su líder AMLO. Hoy se pretende desmerecer las multiplicidades en marcha indicando que la "única" neta es defender el petróleo; ahora  AMLO  añadió a último momento lo ocurrido Ayotzinapa. Ante eso decimos: No. 


John Dewey en El público y sus problemas (1927) propuso un enfoque pragmático de los interrogantes que nos afectan. Hay que seguir a la gente y describir sus actividades para entender cómo progresivamente hay una transformación de sus experiencias, así lo sostiene Daniel Fedai, sociólogo francés. El pragmatismo es una filosofía cuyos protagonistas más famosos son Charles Sanders Peirce, William James, George Herbert Mead y John Dewey. Una idea nodal en el pragmatismo es que los ciudadanos hacen política cuando intentan definir y controlar situaciones complicadas de su vida cotidiana: la corrupción nos toca, los asesinatos nos tocan en nuestra intimidad y lo hacen si pedirnos permiso.
                                


Los ciudadanos para enfrentar una dificultad se asocian, discuten y cooperan con el objeto de encontrar salidas en plural. Indagan, investigan, preguntan, definen qué es aquello que los afecta, que les produce sentimientos “Su dolor es el nuestro”; ”Perdimos todo incluido el miedo”, “La indiferencia aumenta el dolor”. Los ciudadanos de forma pragmática buscan las causas, describen las responsabilidades y, a partir de eso, buscan encontrar respuestas prácticas junto con su compañeros de clases, con el vecino, con el usuario del transporte, etcétera. Ante eso un partido politico es grilla paraliza, los partidos apuntan al futuro electoral, ya hay candidatos dessstapados y otros líderes que se han destapado.

Es posible referirse a  puntos de conflicto - siguiendo a Daniel  Fedai- que producen movilizaciones colectivas no se trata de un acto político convocado en el Zócalo el día de misa. Las movilizaciones se pueden propagar en los sectores mediático, administrativo, científico, judicial... Esos puntos conflictivos se tornan interrogantes públicos, generando nuevas propuestas en cada sector y reorganizando o rompiendo con la política corrupta del espectáculo político, cfr. “La dictadura perfecta”.

Estas con cuestiones de ciudadanos formuladas en público, no se resuelven en los obscurito. Público/s es aquello que están en una situación de recepción y que se ven afectados, tienen diversas razones para juntarse con otra gente, con la que comparten sentimientos, memorias e intereses. Ellas consiguen, incluso, sensibilizar y movilizar a personas que no necesariamente sufrieron la desaparición de algún familiar . Las personas se movilizan sea las que están directamente involucradas en la situación que los interroga y las que no lo están; alertan a la opinión internacional, exhortando a los jueces e historiadores a realizar nuevas investigaciones, presionando al Estado a dar respuestas a esa crisis política.

Tomemos una situación ajena los apolíticos y sus partidos. Hay un tema que afecta a los apicultores, la muerte de las abejas, en algunos países se pusieron en contacto con los científicos que estaban investigando para descubrir qué está pasando. Cuando lograron identificar uno de los factores –un tipo de pesticida–, muchos optaron por movilizarse exigiendo que la empresa Monsanto detenga su venta y uso. Se han presentado denuncias contra esa compañía incluso ante el Parlamento Europeo, en las redes ambientalistas. Esos pasos permitieron ampliar el público, incluyendo a químicos, zoólogos y agrónomos, abogados, sindicalistas, ciudadanos escandalizados, y por último políticos. Las inquietudes de cientos estudiantes han logrado que hasta movimientos políticos que los ignoraron hoy traten de tomar sus banderas para sus mítines.

El  público es muy interesante porque moviliza a una cantidad de personas que no necesariamente están afectadas directamente por el tema en cuestión. Para la pragmática, los intereses se constituyen y se comparten en el interior de la movilización. El interés común que une a un público no existe de antemano. El público se va fabricando juntos con otros, un partido político solo “exige” que se voten sus propuestas, la participación no es de su interés; hay que comenzar por entender la experiencia de la gente. Esto marca una gran diferencia. No son meros grupos políticos que luchan por imponer sus intereses y alcanzar sus objetivos. Se trata de la “experiencia” y no sólo de “construcción” de comités de apoyo y listas de candidatos. Hay que tomar en cuenta las vivencias de la gente y lo que hace cuando las expresa.


Lo que está en juego es la cosa pública: el conflicto está subordinado a cómo promover bienes públicos y rechazar males públicos, siendo para colmo el significado más básico de la “república”. Hacer ver donde no se entiende o no entendía nada. Dar visibilidad a las cosas, definir situaciones, identificar causas y atribuir responsabilidades. Y también dar cuentas y responder por hacer ver lo que estaba escondido, como los secretos del Estado o como los secretos de los partidos políticos entre ellos y los de los políticos entre ellos, asi desde los llamados “Chuchos” hasta el Morena se defiende la figura del gobernador Aguirre de Guerrero ¿Cuál su secreto que no aparece en público y ante el público?


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