jueves, 9 de octubre de 2014

Las fotos hablan ¿de qué ? por @sladogna


Las imágenes hablan: ellas tienen una composición simbólica que permite a la máquina fotográfica operar, el resultado es el recorte de una imagen -componente imaginario- de la realidad, y ese recorte muestra un real, algo que el sistema simbólico reprime e impide acceder  al real. No siempre es fácil, para cualquiera, sea quien sea, atreverse a tocar ese elemento real. El real tiene muy mala prensa: cuando su acontecimiento irrumpe se quiebran nuestras costumbres, las de cada uno y el colectivo al que se pertenece ¿A qué se deberá eso?

Esta serie de fotos han sido ya empleadas de múltiples formas, en particular, por la religión de la interpretación: que "son solo ocasionales", que "el Ingeniero no es corrupto", que "Amlo lo hizo para obtener votos para la buena causa", que la foto de EPN "muestra su política de corrupción".
Quizás cada una de esos hechos sean así o peor aún . Solo estoy interesado en indicar el real que esas fotos muestran: Las cinco imágenes están construidas en el mismo espacio, aquel de la política, el de las alianzas de los políticos de izquierda, de derecha y todo lo contrario, de los decentes y la de los indecentes.

Las imágenes contienen un elemento: ellas muestran que cada uno de los fotografiados son miembros de la clase política, son miembros de la familia "revolucionaria". Ese elemento visible gracias a la imagen es real, no es de la realidad. Cada uno de estos personajes, al margen de su buena o mala voluntad o de sus altos , bajos o regulares valores éticos, son miembros de la clase política. De ahí que el real de la última de esas imágenes dice: ya no hay lugar para ustedes ante los hechos de Tlatlaya y Ayotzinapa, ya no hay lugar para los políticos desde la A hasta la Z pasando por la M.
Quizás por eso hoy lloverán tormentas morales solicitando "respeto" por el Ing.Cárdenas, en efecto, ya perdió el respeto de los jóvenes ¿Sólo él lo perdió? Los demás políticos de la A hasta la Z pasando por la M requieren colocar sus barbas en remojo.

Los jóvenes en las calles marchan cuando se les ocurre, no están corporativizados ni se les ocurre respetar al "líder" que ocupa , muchas veces, el lugar de ser el único orador, ocupa siempre el vértice superior de la pirámide corporativa, se dice que es su cabeza. Los jóvenes tienen múltiples voces  y múltiples forma reales de decir NO al sistema, incluido el sistema de la familia "revolucionaria".

Conviene notar que la última foto tiene un componente real apenas visible, componente todavía más pesado : muestra un dolor, una forma de dolor que está apareciendo ante el destino de los 43 jóvenes de Ayotzinapa, ya no es la forma del dolor resignado. Es otra forma  y otra forma de duelo, quizás por eso cada uno de los 43 jóvenes tienen nombre y apellido, son localizables, algo que no suele suceder ante estos episodios, ni siquiera hoy se conoce con alguna precisión el nombre y apellido de los asesinados en Tlatelolco en 1968.

                       

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