Y desde luego, otra vez le echó la bolita del problema de la inseguridad en el país a los gobernadores. De acuerdo con Reforma, Peña Nieto dijo:
"Ante la necesidad de lograr mejores resultados en el corto plazo, es indispensable que cada orden de gobierno asuma también mayor responsabilidad y compromiso."
Por su parte, el líder del PRI, César Camacho, se dijo en contra de que Ángel Aguirre, gobernador de Guerrero, se someta a consulta ciudadana para determinar si debe mantenerse en el cargo o no, y dijo que "el gobernador lo que tiene que hacer es afrontar su responsabilidad."
Hipócritas los dos. Desde octubre de 2013 el gobierno de Peña Nieto supo de las acusaciones de asesinato contra el alcalde de Iguala y no hizo nada. Lo supo Jesús Murillo Karam, titular de la PGR, y lo supo Miguel Ángel Osorio Chong, titular de Segob. A los dos se los dijo y les presentó testimonios René Bejarano. Pero los dos se negaron a investigar.
Así que quien no ha actuado con responsabilidad ni compromiso es el propio Peña Nieto.
Y si el César Camacho le va a echar bronca a Aguirre, primero se la debería echar a Peña Nieto, quien supo desde hace casi un año de lo que pasaba en Iguala y no hizo nada al respecto a pesar de que existían indicios de delitos federales.
Que no le quieran sacar entonces raja política los priistas porque si bien Ángel Aguirre está hundido en mierda y sangre hasta el cuello, el PRI lo está hasta la barbilla.
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