Además de indignante, resulta increible que luego de que el titular de la PGR, Jesús Murillo Karam, declarara en público que invitaba al Padre Alejandro Solalinde a que ratificara su testimonio de lo que le pasó a los normalistas de Ayotzinapa, nadie en la SEIDO saliera ayer a atenderlo cuando el sacerdote se presentó en las oficinas centrales en la Ciudad de México.
Porque lo que eso sugiere, más que indiferencia, es complicidad del gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto con el narco.
Mire usted:
El Padre Solalinde declaró que le informaron que los 43 normalistas de Ayotzinapa fueron quemados vivios, y que está dispuesto a declarar ante la Seido. Que lo que más quiere es que el gobierno demuestre que la versión que él tiene esté equivocada y que los normalistas aparezcan con vida.
Jesús Murillo Karam lo "invitó" a declarar esa misma versión ante la SEIDO. Uno supone que Murillo lo hizo pensando que el Padre Solalinde no se iba a presentar. Pero sí se presentó.
Nadie en la SEIDO sale a recibirlo y tomarle su declaración.
¿Qué puede uno pensar? Una de dos: O en la PGR saben que no los quemaron vivos y por eso no quisieron tomar la declaración, o saben que sí los quemaron vivos y lo que no quieren es que se acepte de manera oficial.
Si no saben que no los quemaron vivos ¿entonces qué es lo que sabe la PGR, de dónde lo supo, y por qué no lo han dicho?
Y si sí saben que los quemaron vivos, ¿a quien pretenden proteger al no permitir que esa versión sea dada por válida? ¿A los que agredieron a los normalistas?
Cada vez el tema de la masacre de Iguala apesta más a complicidad del PRI con el narco. Era como para que desde hace mucho hubieran encontrado a los responsables si los hechos ocurrieron en un municipio y en un estado en los cuales gobierna la oposición. Pero hasta la fecha, no han querido decir nada.
Y eso a lo que huele es a que le apostaron a que la gente se iba a olvidar del tema un mes y luego le iban a poder dar carpetazo. Pero la indignación y reclamo a nivel mundial son tan grandes que ya no es posible seguir apostándole al olvido.
¿Entonces a qué le apuesta el PRI si lo que pretende es proteger al narco? La verdad, da la impresión de que lo que buscan es un chivo expiatorio.
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