UN DIA, EN LA CALLE, EN UN FUTURO NO LEJANO
Por favor, se lo suplico…
Disculpe usted mis palabras.
Me atrevo a llamarlo hermano o hermana.
Es gran osadía de mi parte hacer esto, lo admito.
Solo le suplico que me de la gracia de oír lo que le diré.
Creo que hay razones que nos hermanan.
Se encuentran ante usted, a su alrededor, en todas partes.
Mire bien lo que lo rodea, se lo suplico.
Vea la tristeza y la desesperación en los ojos del pueblo.
Observe los abusos al medio ambiente: las minas, el fracking, etc.
No aparte sus ojos de esos bultos tirados en las cunetas.
No ignore los abusos de la autoridad.
Vea como los extranjeros se mofan de nosotros…
…del color de nuestra piel…de nuestro hablar…
…de la tumba de nuestros viejos…vamos, hasta de nuestra hombría.
No ignore los lujos de nuestros gobernantes.
Escuche las declaraciones triunfalistas de los traidores.
¿No le suenan estas a burlas?
¿No lo agravian y lo humillan?
Así pues, por esas razones, sí, creo, somos hermanos y hermanas.
Compartimos la humillación, la miseria, los insultos, y la desesperanza.
Y la naturaleza agraviada y explotada que usted ve…
…son los huesos de nuestra madre muerta.
Y las riquezas que se reparten entre los extranjeros…
…es el botín que les entregan los traidores.
Si, hermano o hermana, me refiero a nuestra madre, México.
Ella ha muerto.
No tenemos ya patria.
Somos huérfanos, usted y yo.
Por favor, se lo suplico…
Disculpe usted mis palabras.
Me atrevo a llamarlo hermano o hermana.
Es gran osadía de mi parte hacer esto, lo admito.
Solo le suplico que me de la gracia de oír lo que le diré.
Creo que hay razones que nos hermanan.
Se encuentran ante usted, a su alrededor, en todas partes.
Mire bien lo que lo rodea, se lo suplico.
Vea la tristeza y la desesperación en los ojos del pueblo.
Observe los abusos al medio ambiente: las minas, el fracking, etc.
No aparte sus ojos de esos bultos tirados en las cunetas.
No ignore los abusos de la autoridad.
Vea como los extranjeros se mofan de nosotros…
…del color de nuestra piel…de nuestro hablar…
…de la tumba de nuestros viejos…vamos, hasta de nuestra hombría.
No ignore los lujos de nuestros gobernantes.
Escuche las declaraciones triunfalistas de los traidores.
¿No le suenan estas a burlas?
¿No lo agravian y lo humillan?
Así pues, por esas razones, sí, creo, somos hermanos y hermanas.
Compartimos la humillación, la miseria, los insultos, y la desesperanza.
Y la naturaleza agraviada y explotada que usted ve…
…son los huesos de nuestra madre muerta.
Y las riquezas que se reparten entre los extranjeros…
…es el botín que les entregan los traidores.
Si, hermano o hermana, me refiero a nuestra madre, México.
Ella ha muerto.
No tenemos ya patria.
Somos huérfanos, usted y yo.
¡Cuánta razón tendrán nuestros hijos en escupir
en nuestra tumba!
Fuimos unos cobardes que no levantamos ni un
dedo para defenderla.
Y a ellos, a nuestros hijos, les legamos el
culo del mundo.
Incluso en estos días los traidores ya los
andan reclutando…
…para ser la carne de cañón del imperio.
¡Qué bonitos se verán los jóvenes mexicanos
vestidos de gringos!
¡Harán los trabajos que los weros no quieren
hacer!
Como irse a morir en algún breñal de medio
oriente…
…para que los dueños de Halliburton se pudran
más en plata.
Si, presumo tal vez mucho al dirigirme a usted.
Un mugroso como su servidor no debe igualarse a
personas como usted.
Créame, usted me merece todo mi respeto.
No quiero que se ofenda al oír esto, hermano o
hermana.
Seguramente dirá usted con gran aplomo:
“¡No! ¡México no ha muerto! ¡Vive en mi
corazón!”
Y hasta se pondrá la camiseta…la verde…para
demostrar que es patriota.
No, no me estoy burlando de usted o poniendo en
duda su patriotismo.
¿Quién puede dudar que es patriota si usted se
pone la verde?
¿O cómo se puede dudar de quien grita “Viva
México” la noche del 15…
…cuando Mr. Watkins, el gobernador colonial, da
el grito?
Si, que Yizus proteja a Mr. Watkins…¡Es tan
buena gente!
A cada rato lo entrevistan en Televisa.
¡Y hasta le gusta ir a las corridas de toros!
Es más, no dudo, hermano o hermana, que México
viva en el corazón…
…de usted y los miles otros que le echan porras
a Mr. Watkins el 15.
Pero igual vivía Israel en el corazón de los
judíos esclavos en Babilonia.
Porque esa nación no existía ya en la vida
real, solo en los sueños…
….los sueños de esclavos…y no de todos esos…
Quesque algunos estaban rete contentos de ser
esclavos.
Me imagino que igual le echaban porras al rey
de Babilonia…
…aunque pos allá pos no celebran nada en
septiembre, que yo sepa.
Luego vino lo del “mene, mene, tekel…”
Si, perdone, hermano o hermana, sé que eso
aburre.
Disculpe que rememore esas historias añejas,
hermano o hermana.
¿De qué me sirve tanta maldita erudición si soy
solo un esclavo?
Está bien, ya no lo llamare hermano o hermana.
Si a usted me dirijo es que a veces uno tiene
cosas…
…que se le pudren a uno por contarlas…
...como dicen que dijo el manco...
...no, no el de Celaya, el de Lepanto...
Y estoy de acuerdo con usted: a veces los
recuerdos son benéficos.
Recuerdos son lo único que poseen los
esclavos...
...los esclavos que ya no tienen patria...
...pero si tienen amo...
Si, ya acabe, siento importunarlo.
Le llamare patroncito o patroncita, con
respeto, todo mi respeto.
Es que los recuerdos son de doble filo, por
eso...
…siempre lloro y me alegro cuando recuerdo…
Y es que a mí me duele, si, recordar que alguna
vez tuve patria.
O que tal vez tuvimos.
Pero qué bueno que tal recuerdo no lo moleste a
usted.
A mí me atormenta.
Por eso ando de loquito molestando a la gente
con mis peroratas…
…aunque me alegro y enorgullezco de ser tal vez
el ultimo…
…que así le hace al loco…
...porque soy el ultimo mexicano...
...y eso es de entristecer y enorgullecerse
todo a la vez...
...siempre ha sido ansina...
Si, como usted dice recordar a la patria es
inútil.
Según usted, nada revivirá a nuestra patria
muerta.
¿Pero qué quiere?
Ya estoy maleado.
O tal vez embrujado.
Es por el maldito trapo este, mire.
Si, patroncito o patroncita, sigo cargando esta
bandera.
Vea usted, aquí, la traigo amarrada alrededor
de mi pecho.
Si, mírela, pero no atraiga la atención por
favor.
Ya vide que ese escudo es ahora símbolo prohibido.
Los colores esos y el águila y reo que hasta el
nopal…
…pos ya nadie los recuerda…
No, patroncito o patroncita, no me la robe.
Ya nadie la reclamaba.
Cuando entraron las tropas gringas y saquearon
nuestros museos…
…yo me metí a uno donde encontré tirado este
trapo.
No lo querían, se llevaron el oro y la plata y
las reliquias prehispánicas.
No, pos si, son rateros pero no brutos.
El caso es que la levante, esta bandera.
Sí, es auténtica.
Mire, usted, clarito dice Batallón Activo de
San Blas.
Y los colores están volteados.
Y las manchas estas quesque son de sangre.
O a la mejor uno de los gringos esos la uso
para sonarse las narices.
Pero yo creo que es la sangre del coronel
Xicotencatl.
No lo culpo, patroncito, pocos lo recuerdan ya.
Santiago Xicotencatl, ansina se llamaba, muy
mocho, si, pero de huevos.
Quesque lo envolvieron en este trapo cuando lo
llevaron a morir a retaguardia.
¡Imagínese, patroncito o patroncita!
¡Antes había quien se hacía matar por México!
¿Usted cree? Que cosas tan raras.
Ahora la democracia, el libre mercado, y la
libertad de occidente...
...aunque no sé qué sean esas chingaderas...
...son por lo que vale la pena matarse...me
dicen.
Pero el tal Xicotencatl y sus 300 se hicieron
matar al pie del cerro.
Si, el de Chapultepec, donde ahora está el mol
ese…
…el mol donde solo entran los gringuitos o a la
gente “blanquita”…
Si, neta, patroncito o patroncita, eran 300.
O 301 si contamos al tal Xicotencatl.
Exacto, patroncito o patroncita, como los
griegos esos de la película.
¿Qué chistoso verdad?
Creo que fue en el 47...o tal vez en el 68...
Protestaban contra la tenencia o el predial o
algo ansina...
...y los gringuitos chulos pos los tuvieron que
matar...
...para construir ahí ese mol...
Solo quedo esta bandera.
Que yo recogí porque nadie la quería.
No patroncito o patroncita, se lo agradezco,
pero no la vendo.
La quiero para mi sudario.
Así mitigare mi vergüenza al morirme.
Si, patroncito, vergüenza, la que usted y el
resto deberían sentir…
…y si, mucha.
Ah claro, tiene usted toda la razón, patroncito
o patroncita.
Eso del nacionalismo es algo caduco.
Es que yo soy rete pendejo.
¿Digo, qué importa si nuestros hijos se
avergüenzan de nosotros?
Ya que estemos muertos, pos sus palabras no nos
herirán.
¿Y quién soy yo para dudar de lo que usted me
dice?
¿O de lo que los weritos chulos dicen?
No pos si, patroncito o patroncita, no sabía
que ya era delito dudar...
...de lo que dice la televisión...
...pero pos oste ha de saber mejor...
Si, le agradezco el consejo, por supuesto.
Tiene usted razón, patroncito o patroncita.
Mañana mismo buscare trabajo y me dedicare a
este.
Y no molestare más a las personas de calidad...
...recordándoles que alguna vez tuvimos
patria...
No, patroncito o patroncita, le suplico, no
llame a la chota.
No quería faltarle al respeto.
Lo que lo rodea, los huesos de la muerta, debe
ser suficiente insulto.
Bueno, lo es pero pocos se alebrestan por ello.
Quesque ya vide que está de moda ser eunuco.
Hasta hay clínicas donde le rebanan a uno el
aparato de a gratis.
No, ni pienso ir, sorry, aunque dicen que es
bueno para la salud.
Yo creo que por eso ya no se indigna nadie de
nada.
Están todos capados pero eso es el precio del
progreso, me dicen.
Pero de todas maneras, por favor, no, no llame
a la chota.
Luego no preguntan ni viriguan y lo agarran a
uno a golpes.
Quesque por no respetar a la autoridad.
Y por eso pueden cagarse en la ley.
Es más, creo que ansina se lee en la constitución,
en el 39:
“…es prerrogativa de las autoridades cagarse en
la ley…”
O por lo menos ansina se lee, después de que lo
reformaron.
Y si son los de la policía militar yanqui…
…pos olvídese…esos no aceptan ley alguna…
Capaz que me sueltan ahí mismo un plomazo.
O me acusan de ser árabe, o que se yo.
El caso es que nos tratan como animales.
Si, entiendo, están aquí para protegernos.
Mis respetos para los weritos, tiene usted
razón.
Mejor ya me voy, patroncito o patroncita.
¡Ah caray!
Muchas gracias.
Aunque no le pedí dinero, si me ayudara esto a
matar el hambre.
Que Dios lo bendiga.
Adiós.
Mario Quijano Pavón
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