Ayer se solicitaron otras dos consultas ciudadanas que afectan directamente a Enrique Peña Nieto.
La primera fue solicitada al Senado por Gerardo Fernández Noroña. En su solicitud de consulta, Noroña pide que se pregunte a la ciudadanía si quieren o no que se le revoque el mandato a Peña Nieto.
La segunda consulta popular que fue solicitada la tramitaron 47 senadores del PRD, PAN y PT para preguntar a la ciudadanía si quieren o no que le reduzcan a la mitad el sueldo a Peña Nieto y a los altos funcionarios del gobierno federal.
¿Cuál de las dos consultas podría prosperar?
En el caso de la consulta de Noroña no hay prohibición explícita para consultar por revocación de mandato. La SCJN podría argumentar que se está tocando la materia electoral, pero la pregunta no tiene que ver con elecciones en sí, sino con el desempeño de un funcionario.
Sin embargo, si la SCJN quisiera rechazar la consulta por consigna, usarían de pretexto que no se puede consultar sobre materia electoral y Peña Nieto es un funcionario electo.
Hay otro problema; la fecha límite para presentar por lo menos 1.6 millones de firmas para solicitar una consulta ciudadana era el 15 de septiembre. Noroña no presentó firmas. Presentó apenas la solicitud al Senado para que el INE elabore el formato para consulta.
Por consiguiente, las posibilidades de que prospere la consulta de Noroña son pocas, a menos de que el INE quiera hacer una excepción.
La pregunta es ¿y por qué se tardó hasta ahora Noroña en solicitar esa consulta?
Vamos, ¿no dijo Noroña en su carta a Andrés Manuel López Obrador que es un error promover una consulta ya que no van a respetar el resultado?
Qué bueno que Noroña ya cambió de opinión sobre el tema de las consultas. Que mal que lo haya hecho tan tarde que ya no le alcanzó el tiempo para recolectar firmas.
La segunda consulta promovida por Senadores es la que más posibilidades tiene de prosperar.
Cuando el Senado o la Cámara de Diputados inicia una solicitud de consulta ciudadana necesita del respaldo de por lo menos del 33% de sus intengrantes para que se valide la solicitud. En este caso 47 Senadores firmaron, por lo cual se cumple el requisito de por lo menos 33% para la consulta. Así que por ese lado no hay problema.
Podría parecer que el tema de la consulta claramente recae sobre los gastos del Estado al preguntar si deben o no reducirse los salarios de funcionarios públicos, pero el Senado encontró una manera muy ingeniosa de sacarle la vuelta a esa prohibición preguntando lo siguiente:
"¿Está de acuerdo en que se emita una ley que fije límites máximos a las remuneraciones y prestaciones de los servidores públicos y que reduzca en un 50 por ciento las que perciben el Presidente de la República y los altos servidores públicos de la Federación?"
Técnicamente no se pregunta a la gente si quieren que se reduzcan los sueldos. Les preguntan si quieren que el poder legislativo emita una ley para reducir los sueldos de los altos funcionarios.
El Senado puede alegar que, siendo el caso, no se está consultando sobre los gastos del Estado, sino sobre las leyes a emitir por el Congreso.
La SCJN puede revirar, no obstante, dos cosas:
1. Que la consulta tiene como efecto secundario una afectación a los gastos del Estado y por eso no procede.
2. Que siendo atribución del Congreso el emitir leyes, no necesitan de una consulta para hacer lo que la Constitución ya les permite hacer.
El detalle es que si bien el Congreso puede por ley emitir leyes, el PRI se negaría a que se reduzcan los sueldos de los funcionarios. Siempre lo han hecho. Y una parte del PAN también se negaría.
La consulta, por lo tanto, lo que busca es eliminar las trabas que pondrían el PRI y el PAN a legislar para reducir los salarios de los funcionarios.
La consulta de Noroña para revocar el mandato a Peña Nieto parece ser más bien para sacarse la foto, ya que tiene pocas posibilidades de prosperar. Noroña llegó tarde a lo de las consultas -y lo hace después de que las descalificó- y no parece haberse puesto a pensar en que no es nadamás cosa de pedir una consulta, sino de recolectar firmas, que es la parte difícil sin el respaldo de un partido político.
La consulta del Senado parece tener posibilidades, pero habrá que ver si le dan línea a la SCJN para que no la acepte. Pero si sí la aceptan, será un triunfo político bastante grande para el PRD, ya que le habría quitado una de sus banderas políticas a Andrés Manuel López Obrador y, al mismo tiempo, le habría puesto un zape ante la opinión pública a Peña Nieto y a su gabinete, quitándole la mitad de su sueldo durante medio sexenio.
Ahora sólo falta que la izquierda en la Cámara de Diputados solicite su consulta. Podría ser, por ejemplo, retomando la consulta de Noroña y preguntando a la gente si quieren que se le revoque el mandato a Peña Nieto o por lo menos si quieren que se emita una ley para establecer la revocación del mandato para todos los funcionarios electos cada 2 años bajo las mismas reglas de las consultas ciudadanas; si se reunen firmas o si solicita el referendo un tercio de cualquier cámara del Congreso.
Si una ley así se aprobara, Peña Nieto tendría que someterse a revocación de mandato en 2016. Y obviamente perdería.
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