Publica hoy el monero de la derecha en su cartón dominical que en el nuevo libro de Henry Kissinger, ex secretario de Estado de Richard Nixon, titulado "Orden Mundial", prácticamente no se menciona a México y que o México no es relevante en el orden mundial, o México no tiene orden.
Ah, también dice que dice el New York Times que todos los legisladores deberían ser forzados leer el libro de Kissinger.
Y como de costumbre, el monero de la derecha desinforma a los mensos que le hacen caso.
Vamos a pasar por alto el hecho de que lo que publica el NYT son llamadas a misa. Igual publica tonterías de Enrique Krauze sobre las virtudes de la privatización del petróleo sin cuestionar el hecho de que Krauze no sabe sobre el tema del petróleo, omite información, tergiversa y de plano engaña, por lo cual una recomendación del NYT no es garantía de nada.
Ahora veamos lo que el libro realmente dice.
Kissinger lo que hace es grilla. Asusta a los lectores con el tema del expansionismo de Rusia; el radicalismo islámico; y el crecimiento económico de China, país al cual le dedicó todo su libro anterior: Henry Kissinger Sobre China.
Pero también ensalsa a los dos presidentes más nefastos que tuvo Estados Unidos en el siglo 20: Richard Nixon y Ronald Reagan -ambos Republicanos- a quienes le dedica secciones enteras del libro, sugiriendo que son el camino a seguir justo a un par de meses de las elecciones intermedias en Estados Unidos y justo cuando Hillary Clinton hace campaña velada para la presidencia.
¿Conclusión? Kissinger no dice nada nuevo. Lo que hace es el mismo show de terror mediático que los Republicanos han hecho siempre, pero sugiriendo que con los Demócratas no hay una solución al problema de establecer un orden mundial porque no han podido acabar con el radicalismo islámico, ni domar a Putin, ni ganarle a China en lo económico.
¿Por qué no destaca entonces México en el libro de Kissinger, por ejemplo con las reformas de Peña Nieto? Pues porque Kissinger lo que busca es espantar al público, no premiar a sus perros falderos.
Además Kissinger no es tarado. Sabe que si admite lo que representan las reformas de Peña Nieto se le viene abajo su alegato.
Y es que las reformas de Peña Nieto representan el mismo neocolonialismo de Rusia -pero con dinero, en vez de tanques-, el mismo autoritarismo del radicalismo islámico, y la misma avaricia económica de China.
Esto lo que quiere decir es que el monero de la derecha no leyó el libro de Kissinger. O lo leyó pero no lo entendió. Kissinger lo que busca es que la gente crea que el mundo es caos y Estados Unidos no está poniendo orden en ese caos.
(La novedad realmente en este libro es que Kissinger ahora pide que se use diplomacia para que el resto del mundo acepte el dominio de Estados Unidos por la buena.)
Pero el monero de la derecha usa ese pretexto para descalificar a México, poniendo una viñeta de los saqueos en Los Cabos por el huracán Odile.
El detalle es que hace apenas unas semanas también hubo saqueos y motines en Estados Unidos por un asesinato racial.
Lo curioso es que el monero de la derecha no haya señalado el hecho de que los motines en Los Cabos ocurren porque ni el gobierno federal priista alertó a la población sobre el huracán a pesar de que sabía su trayectoria, ni el gobierno panista hizo nada al respecto.
¿Y le extraña que Kissinger no los mencione?
Lo he dicho muchas veces y lo reitero: los lectores del monero de la derecha deben ser muy ignorantes como para creerle lo que publica. Claramente no sabe de lo que habla, y de todos modos le aplauden. Y el hecho de que haga un cartón sobre el libro de Kissinger sin saber de lo que se trata lo pone en evidencia.
PD: Las 3 menciones de México en el libro de Kissinger no son en el contexto de la guerra del 47, sino del expansionismo de Estados Unidos tanto hacia el norte como hacia el sur, ya que también menciona el conflico con Inglaterra. Supongo que el monero de la derecha pretendió hacerle creer a sus lectores que sabe lo que dijo Kissinger para generar una imagen de sapiencia que no tiene. Lo interesante es que se supone que sus lectores son de alto poder adquisitivo y, uno supondría, con mayor posibilidad de leer e informarse. Pero no; al parecer ni se informan ni se cultivan ni leen. De lo contrario ya le hubiera descubierto al monero de la derecha que no sabe de lo que habla. Eso quiere decir que el problema de la desinformación que publica el monero de la derecha no es sólo lo que publica, sino sus lectores que le creen.
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