Admito que me hizo gracia que Emilio Azcárraga corriera a Germán Larrea del consejo administrativo de Televisa por haberle descubierto a Larrea que estuvo operando para licitar una de las nuevas cadenas de televisión sin decirle nada a Televisa.
Y más risa me dio que Joaquín López Dóriga, empleado de Televisa, hiciera una especie de berrinche en su programa de Radio Fórmula, sugiriendo inclusive actividades ilícitas por parte de Larrea.
"Siendo integrante, miembro del Consejo de Televisa, desde hace meses Germán Larrea había sido postor de las nuevas cadenas de televisión, ocultándoselo al Consejo de Televisa, que implica una serie de faltas que yo no seé su entren al terreno de algún delito, por el uso de información confidencial", dijo López Dóriga.
"El Sr. Larrea solicitó salir del consejo de administracipón de grupo Televisa debido a los conflictos de interés que pudieran resultar de su participación en la licitación", dijo por su parte Televisa en un comunicado para la Bolsa Mexicana de Valores de acuerdo con El Universal.
Que porque una empresa controlada por Larrea había entrado a la licitación de una de las nuevas cadenas de televisión.
Al margen de lo cómico de los caballazos que se están dando entre los integrantes de lo que Andrés Manuel López Obrador llama "la mafia del poder", lo que el Larrea-gate deja muy claro es que quienes quieren las dos licitaciones de cadenas de televisión son los mismos de siempre que ya controlaban a la televisión de todos modos.
Larrea llevaba 15 años en el consejo administrativo de Televisa. Si le dieran la licitación, el manejo de una cadena de televisión bajo el control de Larrea lo único que garantizaría sería más de lo mismo.
¿Diría una cadena de televisión bajo control de Larrea, por ejemplo, la verdad sobre el derrame del Río Sonora? Lo dudo.
¿Tendría una cadena de televisión bajo control de Larrea una línea editorial distinta a la que ya existe en Televisa y TV Azteca a favor de los intereses de los más ricos del país? No.
¿Se manejaría una televisora de Germán Larrea con respeto por el público y por el derecho a la información? Si las minas de Larrea en Sonora son ejemplo del comportamiento de sus empresas, entonces no.
Eso sí; es muy divertido ver a Emilio Azcárraga pataleando y refunfuñando porque le dieron una cucharada de su propia medicina, al operar en contra de los intereses de la televisora que ha operado en contra de los intereses de la millones de mexicanos al prestarse para guerra sucia contra la izquierda y propaganda para el PRIAN.
Lo que no es divertido es ver que al final, el país queda en las mismas manos de los mismos de siempre.
PD: Dato curioso. Tan pronto como Azcárraga y Larrea se pelearon el gobierno panista de Sonora rompe con la emprea de Larrea, Grupo México, y casualmente aparece su foto en Reforma. Y es una foto con Peña Nieto, que sólo pudo haber autorizado por el gobierno priista. ¿Qué coincidencia, no? Para que vean quién manda realmente en el PRI y en el PAN.
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