Ayer por la tarde se desataron balaceras y narcobloqueos en Reynosa, Tamaulipas, por enésima vez en calles como Hidalgo y Bulevar Colosio. El saldo fue una mujer muerta y 2 heridos. ¿Quién gobierna Tamaulipas? El PRI.
En Jalisco, Reforma reporta que en lo que va del sexenio -con gobiernos priistas a nivel estatal y federal- 70 funcionarios municipales, estatales y federales han sido asesinados en la entidad. El más reciente es el diputado federal Gabriel Gómez Michel y su asistente Heriberto Núñez Ramos.
El primer asesinado en Jalisco este sexenio, por cierto, fue el secretario de turismo de Jalisco, Jesús Álvarez Gallegos, a quien señalaron por presuntos nexos con el narco.
Y en el Estado de México, el gobierno federal priista de plano tuvo que admitir que sus militares asesinaron a sangre fría a 22 personas, incluyendo menores de edad, en Tlatlaya, por lo cual detuvieron a un mando y 7 elementos de tropa del ejército.
No los detuvieron por justicia o por gusto, sino porque la agencia de noticias AP les balconeó que debido a que había hoyos con sangre en las paredes de la bodega donde fueron asesinadas las 22 personas, lo cual ponía en evidencia fusilamientos, además de que no había evidencia de tiroteos a pesar de que el ejército mexicano pretendió alegar que los cadáveres fueron el resultado de un tiroteo.
Una sobreviviente de la masacre, por si fuera poco, atestiguó que a los soldados ejecutaron a las 22 personas con tiro de gracia.
Pero si AP no hubiera publicado lo que encontró, el gobierno de Peña Nieto no hubiera hecho nada al respecto.
En otras palabras, lo que tenemos con Enrique Peña Nieto y el PRI a dos años de haber regresado al poder es más balaceras, más muertos, más narcopriistas, más ejecutados, y otra vez el ejército matanco civiles a sangre fría.
Ese es el saldo de sangre de Enrique Peña Nieto. Mismo saldo que ahora trata de tapar para que las trasnacionales crean que los priistas no son los carniceros negligentes y corruptos que en realidad sí son.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario